El peso de la opinión pública

El problema entre la Central Obrera Boliviana-CNS y el gobierno, estará superado, posiblemente, cuando se difunda el presente comentario de interés para la “Clase Política”, como la bautizó el italiano Gayetano Mosca en las primeras décadas del Siglo Veinte.

El tema intenta hoy responder ¿Por qué la opinión pública, en sus diferentes nichos sociales, es mucho más fuerte que los partidos de oposición?

PAPEL DE LA OPINIÓN PÚBLICA

La opinión pública es heterogénea, contradictoria y dispersa en Bolivia y en cualquier otro país del mundo. Sin embargo, ante la dramática desorganización de los partidos políticos, parte de la opinión pública boliviana coincide en preocuparse por la situación nacional.

De esa manera, toma posiciones, interviene, critica, aplaude y sugiere lo que debería hacer o no el gobierno. Ocupa y accede a espacios en las redes sociales, desde diferentes puntos de vista, originando un caudal de información que impacta, a su vez, en amplios sectores profesionales, incluso de comunicación.

A esta fortaleza casi anónima, que se preocupa por la solución de grandes temas nacionales, la oposición agrega sus discursos y finalmente, de cola de ratón intenta ser la cabeza del león.

Es decir, se apodera en ocasiones de los mensajes de una parte de la opinión pública, a tal punto que algunos políticos no oficialistas toman los mensajes y cuestionamientos publicados en las redes sociales, como su “programa de gobierno”.

La opinión pública que interviene en las redes sociales (de preferencia en Facebook), observa el empeño de la oposición por apropiarse del discurso, ideas y sugerencias que pertenecen a quienes opinan sin tener partido ni reconocer ideologías.

Este factor genera en los distintos niveles de opinión una imagen negativa de la oposición, reforzando la idea de que no es digna de representarla, pues, en más de trece años de sobrevivencia, no ha logrado: 1).- diseñar un programa de gobierno superior al MAS-IPSP, 2).- no está unida, no es un bloque que oferte opciones reales, 3).- carece de liderazgo local y nacional; 4).- rechaza innovar su pensamiento y; 5).- no tiene vocación de poder.

Factores que impiden su crecimiento sociopolítico; defraudan las expectativas nacionales, y dejan un vacío político, que la opinión pública intenta ocupar.

GOBERNADORES

Algunos gobernadores que militan en la oposición no ofrecen mayor resistencia al oficialismo. Santa Cruz y Tarija, son dos ejemplos. Parecería que en estos departamentos, los gobernadores dejaron sus aspiraciones políticas y que sólo existe una realidad: mejor es ser gobernador que candidato sin futuro.

Otros, como el de La Paz, utópico, nos dice que “El Sistema Comunal es una propuesta de sociedad totalmente diferente del capitalismo y del socialismo. Está concebido como una “utopía real”, que la “democracia comunal debe ser administrada por el pueblo de manera directa…”, restando validez, a nuestro juicio, a su alianza con el partido que administra la Alcaldía de La Paz. Y basta de gobernadores.

PAPEL DE LA OPOSICIÓN

En el sistema democrático, la oposición juega el papel de equilibrio, aporta con ideas y participa decididamente cuando se trata temas internacionales, por ejemplo. En nuestro país, el tema de una salida soberana al Pacífico es descuidado por casi todos los opositores, con excepción de Carlos Mesa.

En consecuencia, los grupos opositores deberían dejar de ser únicamente contestatarios y recuperar espacios políticos sobre la base de: 1).- Un programa factible de gobierno, 2).- Crear condiciones de unidad 3).- Generar liderazgo; 4).- Innovar; 6).- Dar oportunidad a la juventud; amar a Bolivia y; 7).- Vocación de poder.

La oposición debe aligerar la carga política que, por su descuido, lleva sobre sus espaldas -sin tener obligación alguna- parte de la opinión pública nacional. Al pan, pan y al vino, vino.

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