“En boca cerrada…”

Era de esperar que la demanda presentada para que la CIJH falle en sentido de que existe obligación por parte de Chile de: “negociar de buena fe y de manera efectiva con Bolivia a fin de llegar a un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso plenamente soberano al océano Pacífico”, fuera apoyada por los bolivianos al margen de desacuerdos partidarios. Lamentablemente muchos políticos se pronunciaron por seguir con el diálogo, pese a lo improductivo que fue en más de cien años. Seguramente en sus opiniones pesó el temor a que un gobierno, ajeno a sus intereses políticos, resuelva nuestro más importante problema.

A este grupo se suma el expresidente Jaime Paz Zamora, que apoya la tesis chilena con declaraciones formuladas a un medio de prensa chileno, en Lima, reproducidas en nuestro país, afirmando que: “La Haya no regala mar y tampoco lo presta”. No es la primera vez que le hace el juego a la diplomacia del vecino, antes afirmó lo mismo respecto al regalo. ¿Habrá leído lo que demandamos de ese alto tribunal? Por si no lo hizo, pues tal parece, habrá que recordarle que Bolivia no pide ningún regalo por parte de Chile, y que obviamente tampoco un préstamo. La demanda requiere que ese país cumpla el ofrecimiento de negociar para que se ceda un corredor con acceso al mar, con carácter soberano. Así reza, en parte, el punto 1 de la demanda, transcrito al inicio de este artículo.

Paz Zamora no se queda ahí, refiere que Bolivia pide recuperar la “cualidad marítima” y en respuesta a la presidenta Michelle Bachelet sobre que no cederán un metro de territorio afirma “que nadie le está pidiendo”; otro desconocimiento del expresidente, pues las negociaciones exigidas por Bolivia se refieren a un acceso soberano al Pacífico, que, por supuesto, implica territorio por el cual acceder. Parece que se presta al juego chileno de sembrar la duda en cuanto a lo que Bolivia demanda, pues el concepto “cualidad marítima” podría llevar a diferentes interpretaciones, lo cual no ocurre cuando se habla de un “acceso plenamente soberano”

Cuando la Corte falló en sentido de tratar el fondo de la demanda, afirmó que “Es correcta nuestra demanda”, pero no olvidó de añadir “eso es lo que debemos recuperar, la cualidad marítima perdida”. El expresidente debiera leer con más detenimiento lo planteado por Bolivia y lo ofrecido por Chile.

Afirma que la demanda sirvió: “sobre todo, como vitrina internacional para que el mundo sepa que hay un problema, pero estamos equivocados si creemos que La Haya va a resolver el problema”, evidentemente gracias a esa demanda el problema se actualizó a nivel mundial, además sirvió para aclarar la mentira propalada insistentemente en sentido de que Bolivia nunca tuvo mar. Por otro lado, un fallo final favorable establecerá un derecho exigible. De ahí en adelante habrá que ver qué pasos tomar si Chile no accede a negociar “de buena fe y de manera efectiva.” Mientras, tal vez convendría callar algunas simpatías.