Del periodismo a la política…

Para acallar (indirectamente) a los periodistas que son contestatarios con el sistema político, basta con incorporarlos al mismo sistema político.

Es decir: A los periodistas que “brillan demasiado”, los sistemas políticos de cualquier país los convierten en aliados, otorgándoles un cargo público.

Algunos periodistas que gozan de “cierto prestigio” creen que al acceder a un cargo público, automáticamente obtendrán una cuota de poder político. Sin embargo, la realidad es otra, generalmente terminan sirviendo al mismo poder al que antes criticaban.

Admitámoslo, los periodistas y comunicadores están constantemente coqueteando con el poder político, algunos francamente utilizan a los medios como trampolín para acceder a cargos públicos.

Otros alcanzan notoriedad (por mérito propio) y son invitados a ejercer cargos públicos.

Sin embargo, no todos los comunicadores o periodistas que saltan a la arena política tienen éxito, algunos desaparecen en la burocracia. Otros llegan a ocupar cargos jerárquicos. Y, salvo algunas excepciones, el viaje de la comunicación a la política es un viaje sin retorno.

¿Quién gana, quién pierde?

Obviamente el sistema político gana… porque saca a una figura de los medios y la incorpora a su aparato burocrático. Los periodistas que migran a la política ganan un mejor salario y cierta notoriedad… pero pierden credibilidad ante la opinión pública.

Los ciudadanos también pierden una voz crítica que los representaba ante el sistema político, pero posiblemente ganen un nuevo líder político… quién sabe, en comunicación y en política “todo” puede ocurrir.

(*) Director de Xperticia, empresa de asesoramiento y capacitación en Comunicación.

(Sigue a Gabriel Astorga y Xperticia en Facebook)