Menos información, más chacota

Señor Director:

Por diversos motivos la opinión pública no está satisfecha con la labor informativa de consumo masivo en el país. Nos referimos concretamente a los canales de televisión locales, en especial en el rubro de sus informativos. No es nuestro deseo generalizar, ya que algunos canales cumplen satisfactoriamente o se esfuerzan por hacerlo.

No ocurre lo mismo, paradójicamente, con los de mayor rating. Estos espacios que con diversos nombres ofrecen informativos en las mañanas, los han convertido en chacota, en medio de escaso material informativo, ocupando gran parte del tiempo en entrevistar a políticos oficialistas y opositores en temas pobremente trascendentes, ahondando la beligerancia política.

Si escasean noticias de interés colectivo, una investigación acuciosa subsanaría esta deficiencia. Suponemos que no faltarían temas literarios, pedagógicos, artísticos y hasta científicos que personas dedicadas y entendidas puedan aportar. Está visto que los canales no cuentan con investigadores y los llamados presentadores no parecen formados al efecto. Parece que faltan también las carreras universitarias de Comunicación Social. Al parecer, la juventud del personal que aparece en pantalla los lleva a la informalidad.

Este cuadro se empobrece más aún porque los canales carecen de información de agencias noticiosas internacionales que les proporcionen material de primera mano. En el resto de países los resúmenes internacionales son básicos e indispensables. Hemos visto que improvisadamente algunas televisoras “piratean” las fuentes de canales extranjeros en este rubro internacional.

Creen lograr rating con las minifaldas de sus presentadoras, novedad tan exclusiva de nuestra televisión, como ausente en sus pares más allá de nuestras fronteras. Otro recurso advenedizo a título de informativo son las sesiones de cocina, en las que las y los presentadores ofician de chefs.

Para que no se nos crea pacatos, la exhibición de minifaldas debe ocupar espacios propios, así como la preparación de platos y no mezclarlos con el espacio informativo.

Todo este bagaje remata en bufonadas a cargo de los mismos que entrevistan, cocinan y pretenden suplir tanta falencia con vozarrones y chistes de escasa imaginación; por otra parte, explotan hasta el tedio las abundantes festividades de nuestro medio: Alasita, el Gran Poder, Carnaval con el que nos machacan hace rato, día y noche.

Las radioemisoras ilustran mejor al público con informaciones, y aunque las lean de los periódicos salvan su papel. Es muy lamentable que un medio de difusión valioso como es la televisión, pierda su horizonte y se sume tan vulgarmente a la tremenda mediocridad de nuestro ambiente, cuando podrían contribuir a la cultura -ningún canal lo hace-, a la educación y a procurar la superación ética y moral tan alejada de gruesos sectores de nuestra sociedad.

Agradeciendo de antemano por su gentileza, le saludo muy atentamente.

Alfredo H. Condarco Arraya