Incursión juvenil en política

A pesar de que la política es detestada en importantes sectores sociales del país, históricamente no puede prescindirse de ella, pues es la actividad que determina los cursos que siguen los países. La clave radica en la capacidad intelectual y moral de sus actores.

Aquellos que ven en la política el medio de tener poder y enriquecerse, antes que aportar con ideas y comportamientos, la toman como una aventura utilitaria. Consiguientemente, la desprestigian e incluso la deshonran.

Estas expresiones son reflejo de la reacción bastante generalizada que existe entre los bolivianos. Sin embargo, no hay que perder el optimismo, considerando que la mayoría de ellos cultiva los buenos hábitos sociales. Esto es decencia, honestidad y respeto a la dignidad del país.

Este preámbulo, que puede ser interpretado como muy negativo, está destinado a contraponer la buena nueva que se tiene en estos días. Ha emergido un colectivo juvenil que se propone desplegar su activismo en la política.

Hace tiempo que esto no sucedía y era de extrañar. Alguna vez recordé que en el pasado los principales partidos políticos del país surgían de las universidades, es decir de jóvenes empeñados en adquirir su formación académica.

De ahí que es pertinente acoger con mucha simpatía y aprecio a jóvenes que acaban de publicar una revista, titulada “Juntos hacemos país”. Los autores de su aparición son jóvenes activistas que se lanzan a la arena política con el mayor espíritu cívico y de servicio a los intereses nacionales.

La gestión iniciada tiene mayor mérito, porque la revista es de distribución gratuita, lo que implica que el costo financiero lo cubren sus editores, pese a que se trata de jóvenes que probablemente no trabajan aún, pero que sus pocas disponibilidades las dedican a esta loable tarea.

El director de la revista es Marcelo Bazán, quien en entrevista con el matutino EL DIARIO, expresó que “En la revista creemos en la actividad política plural, después de haber ganado el NO en el referéndum del año pasado. Se les dijo no a la perpetuidad de dos personas, pero se le dijo también SÍ a la renovación”.

Agregó que, precisamente por el carácter democrático que tiene la publicación, sus páginas están abiertas para recoger opiniones de todos quienes tengan interés y preocupación acerca de los destinos del país, pero también incidir en la actualidad nacional, que abarque a todos los sectores intelectuales y sociales.

Como podrá apreciarse, existe interés de la juventud actual para ocuparse de los asuntos públicos, pero esencialmente impulsar la renovación en cuanto al pensamiento y el accionar de los bolivianos.

A propósito, Bazán anotó que “Creemos que es un momento interesante dentro de la coyuntura política y dentro de la historia… vemos que las nuevas generaciones están muy alineadas a la nueva forma de hacer política, más que entablarnos en rencillas y peleas partidarias…”.

Resultan, pues, muy alentadoras las palabras de Bazán, porque pueden ser el incentivo para que otros jóvenes, en vez de estar dedicados a los medios digitales para distraerse o hasta divertirse, tienen también un compromiso implícito para levantar la cabeza y observar que el país requiere recibir sus aportes e iniciativas, que principalmente tiendan a la renovación y al progreso nacionales.

Para ello, qué mejor que recibir el impulso de la sangre nueva del país, en unos casos para sacudirse de errores o malas costumbres que se hayan impuesto, sin que signifiquen un aporte al país, y en otros con miras al cambio e imprimir nuevas perspectivas para su desarrollo y crecimiento.