¿Cuál es la situación de las deudas públicas a las AFPs?

Muy poco, o casi nada, se sabe sobre la realidad financiera de las AFPs, al margen de que el Estado les adeuda la suma de cinco mil millones de dólares por la colocación de bonos y letras del Tesoro y del Banco Central, fondos que, de una u otra manera, estarían asegurados; pero, lo importante también es conocer si el gobierno -al margen de que anteriores regímenes hayan cumplido o no sus obligaciones- ha depositado oportuna y debidamente los dineros descontados a la burocracia gubernamental con inclusión de gobernaciones y municipios.

Las experiencias muestran lo ocurrido con la Caja Nacional de Salud y otras organizaciones en que tanto el sector privado como el público adeudaban importantes partidas de dinero por concepto de aportes de sus trabajadores y cuotas que debían pagar las oficinas públicas y la actividad privada; esos montos llegaban hasta el año 2005 a cuantiosos montos que ni el gobierno ni las mismas AFPs han informado en forma pormenorizada.

Mucho se dice sobre el papel que juegan las AFPs y que es importante; pero, ¿cuál es su proceder con relación a carteras impagas? Se informa que “las AFPs han interpuesto unos 6 mil juicios a objeto de recuperar aportes laborales retenidos por las empresas y que se cuantifican en 100 millones de dólares”. Este es el caso de la actividad privada; pero, ¿qué es del sector público? ¿Se han cumplido con los aportes debidos? ¿Hay deudas que honrar? Hay muchas preguntas al respecto que merecerían respuestas claras.

Muchas veces se ha sostenido la necesidad de realizar auditorías en las AFPs y hacerlas cruzadas con el sector privado y con las diversas reparticiones gubernamentales con inclusión de gobernaciones y alcaldías para establecer realidades y, luego, conforme a disposiciones legales, proceder a su normalización.

Es bien sabido que las AFPs han contribuido decidida y definitivamente a cubrir obligaciones del antiguo sistema de reparto y cubrir las jubilaciones de rentistas pero sin mayores informaciones o, lo máximo, que el antiguo sistema “habría quebrado”. ¿Qué hay al respecto? ¿Cómo, cuándo y en qué condiciones quebraron las antiguas cajas de pensiones y jubilaciones? ¿Quiénes y cómo han intervenido en los procesos de quiebra? Muchas veces, para éste y otros gobiernos, dejar las cosas en medio de nebulosas parece lo más apropiado; pero, el país no puede ni debe vivir bajo el techo de nebulosas porque hacerlo implica dejar hacer y dejar pasar para que los corruptos hayan actuado o actúen ahora en marcos de gran corrupción. Los casos pues, son extremadamente delicados y corresponden las aclaraciones pertinentes; de otro modo, unos y otros -anteriores y actual gobierno- pecarían de haber obrado indebidamente y cometido delitos en contra del bien común.