Álvaro Numbela T.
Los gobernantes chilenos de 2017 manejan dos conjeturas para engañar a la Corte Internacional de Justicia. La primera, que Chile “no compromete sus territorios”; la segunda, que cualquier diferendo fue resuelto por el Tratado de 1904. Ante tal realidad de una causa pendiente, Bolivia exige respeto y dignidad a la administración de Michelle Bachelet.
¿CHILE NO HIZO ACUERDOS?
Chile dentro de juicio ante la CIJ confiesa “que cualquier diferendo fue resuelto con el Tratado de 1904” (*). De manera que “cualquier diferendo fue resuelto por un Tratado” (?). ¡Nada más chistoso y propio de sus afamados payasos!
Igualmente, con motivo de las aguas del Silala (manantiales que nacen en Potosí) a toda costa Chile -ante una Corte Internacional de Justicia- pretende demostrar que “se trata de un río internacional”.
Como se puede apreciar, primero, que una invasión de 14 de febrero de 1879 a territorios bolivianos se “legalizó” con un tratado o, lo que es lo mismo, Bolivia firmó “voluntariamente” su enclaustramiento. Luego -para el caso del Silala- Chile busca que la CIJ declare río internacional a las aguas de manantiales.
Adviértase que la argucia chilena acontece en 2017, como si nada pasara ante los ojos del mundo, que mira sorprendido cómo Chile pierde la conciencia del pecado. Dice haber legalizado una invasión; y ahora Chile busca apropiarse de lo ajeno con un pronunciamiento de la justicia internacional. ¡Qué bonito!, simple y llanamente.
Chile no hizo acuerdos que comprometan sus territorios, pero usurpó territorios con un tratado. Por consiguiente, los gobernantes chilenos hablan de territorios ganados mediante una invasión en 1879 (revisar la invasión de Antofagasta de 14 de febrero de 1879). Luego, que tal diferendo fue resuelto por el Tratado de 1904. Así los gobernantes chilenos mantienen hasta hoy enclaustrado a un pueblo bajo el argumento insólito de que Bolivia no tiene derecho a un acceso soberano al océano Pacífico.
CON EL SILALA
Para apropiarse de las aguas del Silala los gobernantes chilenos inventan otra cosa. Quieren que la CIJ declare que el Silala es un río internacional. ¡Acabáramos! Dónde podrá caber semejante embuste, sobre todo cuando una Corte internacional puede ver (y esto debe habilitarse como prueba ante los jueces de la CIJ mediante una inspección) que en él existe una canalización o intervención de la mano del hombre; que -igualmente- existen autorizaciones de uso y están dentro del territorio de Bolivia, etc.
De momento, téngase presente que la terrible diplomacia chilena le da toda la razón a Bolivia. Además, que todo el mundo está de acuerdo con que la justicia internacional demostró liderazgo con Costa Rica frente a Nicaragua; igualmente, con Perú frente a Chile (enero de 2014). Entonces funciona muy bien el sistema de los contrapesos, frente a las armas que “legalizan” toda usurpación.
(*) EL DIARIO: Escritos sobre la demanda marítima contra Chile. La Paz, 21 de enero de 2017, Pág. 1.
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