ESPECIALES
• Su surgimiento tendió a combatir la ignorancia y la superstición
La historia del período de la Ilustración es poco conocida en el país porque sobrevino la independencia de Bolivia durante su vigencia. Empezó su desarrollo especialmente en Francia, Inglaterra y Alemania, a mediados del siglo XVII y prolongó su existencia hasta los primeros años del siglo XIX.
De acuerdo con versiones históricas, fue denominada así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad, mediante las luces de la razón. Por este motivo, el siglo XVIII es identificado como el Siglo las Luces y del propósito de insuflar la fe en el progreso.
Los pensadores de la Ilustración consideraban que la ampliación del conocimiento humano debía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía de las monarquías que prevalecían en aquellos tiempos para construir un mundo mejor.
De esta manera, la Ilustración tuvo decisiva influencia para expandir las ciencias, los principios políticos y sociales de la época, que aquellos tiempos eran de atraso e ignorancia. Por tanto, tuvo su influencia en la burguesía e incluso en parte de la aristocracia.
Con este aporte, se exponía y debatía entre intelectuales y políticos temas referidos a la ciencia, la filosofía y la literatura. Pese a que la mujer en estos campos no ocupaba un lugar decisorio en la sociedad, algunas de ellas se involucraron en lo que dio en llamarse el movimiento iluminista.
Uno de los intelectuales de la época, D´Alembert, refirió que la Ilustración discutió, analizó y agitó todo, desde las ciencias profanas hasta los fundamentos de la revelación, o sea desde la metafísica a las materias del gusto, desde la música hasta la moral, desde las disputas escolásticas de los teólogos hasta las materias del comercio, de los derechos de los príncipes hasta de los pueblos, desde la ley natural hasta las leyes arbitrarias de las naciones poderosas.
Otros historiadores anotan que entre los marxistas, Lucien Goldmann resumió a la Ilustración como “una etapa histórica de la evolución global del pensamiento burgués”. Por consiguiente, tendría su filiación en el Renacimiento y especialmente en las corrientes racionalistas y empiristas del siglo XVII.
En los textos históricos, se anota que el término Ilustración se refiere específicamente a un movimiento intelectual memorable. A propósito, citan que existen precedentes e incluso una propia Ilustración en Inglaterra y Escocia a finales del siglo XVII, como inmediatamente después en Alemania.
La Ilustración francesa, donde se reconoce que ha sido su cuna, tuvo una expresión estética, denominada Neoclasicismo, a diferencia de la alemana, que se alejaba por completo de esta, a la que además despreciaba.
Otra puntualización de los historiadores de la Ilustración es en que desde Francia se expandió un tipo de ilustración sociopolítica por toda Europa y América, renovando principalmente los criterios políticos y sociales.
Francia, en ese tiempo país eminentemente conservador, se redujo a impulsar los principios de la revolución política. Los historiadores sostienen que la aportación francesa es muy discutible en el terreno de las Artes y la Literatura. Remarcan también que la Estética, como disciplina, es una de las grandes invenciones inglesas y sobre todo alemana.
Una versión mucho más humana de la Ilustración fue la que sostuvo Inmmanuel Kant (1724/1804), el representante más notable del idealismo alemán, según el libro “Filosofía Occidental y Filosofía Andina”, del distinguido filósofo boliviano C.H.F.(Felipe) Mansilla.
Expone que, como afirmó un filósofo, el conjunto de la obra kantiana representa lo mejor de la modernidad, hablando intelectualmente. Instó a la reflexividad permanente. En su en ensayo de 1784: +Qué es la Ilustración?, Kant dijo que se produce la edad que ha sido causada por él mismo, debido a la pereza y la cobardía por no utilizar el entendimiento.
En su concepto, la divisa de la Ilustración es, por lo tanto: ten la valentía de aseverar: cuando no usamos de forma autónoma nuestras capacidades intelectivas, se facilita la labor de los dirigentes que piensan y hablan por los demás. “Es tan cómo ser ignorante”, dice Kant. Y agrega: No necesito pensar si otros, a los cuales yo atribuyo autoridad e importancia, lo hacen por mí”.
En la búsqueda de datos para estas líneas, según muchos historiadores los límites de la Ilustración han alcanzado la mayor parte del Siglo XVII, a pesar de que otros optan por llamar a la época como la Era de la Razón.
Acerca de ellos, se refiere también que a lo largo del Siglo XVI y siglo XVII, Europa se hallaba envuelta en guerras de religión. Cuando la situación se estabilizó, con la firma del tratado de Paz de Wesfalia (acuerdo entre católicos y protestantes en 1648) y la guerra civil en Inglaterra había llegado a su fin, prevalecía un clima de agitación que tendía a centrar las nociones de fe y misticismo en las revelaciones “divinas”, captadas de forma individual como la fuente principal del conocimiento y la sabiduría, en lugar de ello, la Era de la Razón trató, entonces, de establecer una filosofía basada en el axioma y absolutismo como bases para el conocimiento y la estabilidad.
Max Weber analizó también lo que él llamó la excepcionalidad de la evolución europea, la que a partir del siglo XVI impuso paulatinamente al planeta entero un tipo humano. Debido al desprestigio actual de las concepciones universalistas y a la relevancia momentánea de las teorías de la historia universal, con sus secuencias de períodos forzosos y un sólo fin racional de la evolución, pero todavía para nuestra época aún posee la excepcionalidad de la historia europea… Hasta se puede proponer una secuencia de períodos evolutivos, pero esta operación sólo tendría una función hipotética y una intención heurística, en el sentido de tratar de aprender algo más mediante procedimientos siempre precarios y provisionales. A partir del Renacimiento, proceso precedente a la Ilustración, la cultura europea occidental no ha sido similar a las otras civilizaciones a nivel mundial, sino, como lo entrevió Max Weber, el desarrollo de occidente ha representado una peculiaridad muy exitosa a nivel mundial. El rasgo distintivo de este modelo civilizatorio tiene que ver directamente con la difusión del racionalismo y con su aplicación a los más diversos ámbitos, como la experimentación científicas, el despliegue de una tecnología fundamentada en conocimientos científicos, la especialidad de roles y funciones, la aplicación de principios racionales a las esferas del saber, el derecho, la administración y la economía y, finalmente la racionalidad de la vida cotidiana.
En España, la Ilustración coincidió con los reinados de Fernando VI y Carlos III. Si bien, la decadencia profunda en que se encontraba el país en el punto de partida obstaculizó una posterior eclosión, el auge dinámico de algunas de sus zonas geográficas, especialmente Cataluña, el arraigo y la preponderancia del pensamiento escolástico tradicional incidió mucho en el despliegue de la Ilustración.
La creación de las Reales Academias de la Lengua y de la Historia, al igual de la Medicina y del Real Gabinete de Historia Nacional, fueron algunos de los logros de la Ilustración española, pero siempre sujetos al influjo francés. En consecuencia, en su auge no tuvo la opción de incidir mayormente en el quehacer intelectual y social de la Ilustración.
A propósito de la Ilustración, el filósofo boliviano H.C.F. Mansilla escribió en su libro “Filosofía Occidental y Filosofía Andina”, que “La Ilustración del Siglo XVIII fue un movimiento de fines y funciones múltiples, muy difíciles de ser descritos adecuadamente en pocas palabras. Esta animada por el impulso de aplicar los principios racionalistas, que estaban dando tan buenos resultados en las ciencias naturales, en el ámbito social y político. La norma era que los principios de la razón debían prevalecer en todas las esferas de la actividad humana. El Hombre debía pensar y actuar como persona autónoma, tanto en el terreno moral como en el social y político, y esta autonomía significaba ser guiado por la voz de la razón y de los argumentos que se construyen de modo argumentativo-discursivo. La libertad de opinión y publicación constituía entonces una de las primeras prioridades, un derecho inalienable del ser humano”.
DATOS
- La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual europeo (especialmente en Francia, Inglaterra y Alemania) que se desarrolló desde mediados del siglo XVII. En algunos países se prolongó al menos durante los primeros años del siglo XIX.
- Fue denominada así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces y del asentamiento de la fe en el progreso.
- Los pensadores de la Ilustración sostenían que el conocimiento humano podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía para construir un mundo mejor.
- La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos científicos, económicos, políticos y sociales de la época.
- Este pensamiento se expandió, a través de nuevos medios de publicación y difusión, así como reuniones, realizadas en casas de gente adinerada o de aristócratas, en las que participaban intelectuales y políticos a fin de exponer y debatir acerca de ciencia, filosofía, política o literatura.
- A pesar de que la mujer en estos campos no ocupaba un lugar decisorio en la sociedad, algunas de ellas se involucraron en el movimiento iluminista.
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