“21F”: etnias hacen suyo el “proceso de cambio”

Concluyó febrero. Empero, tras las marchas indígenas del Movimiento Al Socialismo, especie de kilométrica anaconda, quedó flotando en el territorio nacional la percepción de que, sería extremadamente difícil un nuevo gobierno como postulan en sus mensajes discontinuos, por ejemplo, Manfred Reyes Villa y otros políticos que encajan en el tradicional proverbio “todo tiempo pasado, fue mejor”.

Es decir, sería casi imposible el retorno de un Poder Ejecutivo a la usanza de los partidos tradicionales colapsados en Octubre 2003, cuyos fragmentos en más de una década, no lograron armar una sola unidad política como alternativa de cambio.

Vimos aquella multitud de ponchos, polleras, sombreros, chicotes y el flamear de la bandera nacional de Bolivia, junto a la “wipala”; sentimos el paso de miles de marchistas, que caminaban sin prisa, seguros de que el nuevo tiempo les pertenece.

Al anochecer, presenciamos en la plaza San Francisco de La Paz, una gran concurrencia que recordaba el voto del 51.30 por ciento (NO), contrario a la reelección de Evo Morales, cuyo partido (SI) había obtenido un 48.70 por ciento.

Pequeña victoria del 21 de febrero 2016, que reunió un año después a la disidencia del NO, contingente que de ninguna manera responde en su totalidad, a un partido político. Son, niveles de la opinión pública que rechazan un nuevo mandato del MAS y punto.

En mejores términos el pasado domingo 21 de febrero (para quienes intentamos ver más allá del estereotipo de las redes sociales), la marcha nacional del MAS nos dejó el mensaje de que las etnias del país impondrán, cueste lo que cueste, la candidatura de su líder Evo Morales.

Y lo que parece ser una realidad: las etnias están convencidas de que el proyecto del MAS les pertenece más allá de la reelección de su líder.

Como anillo al dedo, vienen las declaraciones del viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas: “Nosotros vamos a continuar aquí en la plaza Murillo 500 años”. Este proyecto sólo tiene su inicio con Evo Morales y dará pasó a un gobierno indio para los próximos cinco siglos.

Añadió: “cuando le gente dice ‘no al Evo’, está diciendo ‘no a los indios’, ‘no a los aymaras’, y por eso nos emputamos y decimos: ‘¡cara…! nosotros vamos continuar aquí en la plaza Murillo 500 años’. El Evo solamente es el principio”.

El viceministro dijo que el proceso continuará y dado el caso, si habría impedimentos, podría convertirse en una “revolución por la fuerza”.

La idea de que el proceso iniciado por el MAS ya tiene dueño, independientemente de que sea o no reelecto Evo Morales, deja de ser una percepción y asume el papel de un programa de gobierno que trascendería tal vez, el segundo Centenario de la Independencia de Bolivia.

Entretanto, ¿existe la remota posibilidad de construir una futura oposición con líderes nuevos?

clovisdiazf@gmail.com