Listos para rendirse

Don Eduardo Avaroa no lo aprobaría. Él enseñó lo contrario, haciéndose matar.

Algunos jefes políticos de la oposición están preparando planes para ofrecer al MAS algunas fórmulas “civilizadas”, o “inteligentes”, de “oposición”.

De nada valió que los electores hayan infringido dos derrotas al partido de gobierno, en dos memorables febreros: algunos líderes de la oposición quieren hablar de los términos de rendición. Los comandantes autodesignados, quieren firmar la rendición de un ejército triunfante.

La idea de ellos es que Bolivia está tan derrotada que la democracia debe surgir en entre las cenizas… pero de la mano de los amos del país.

Si en España la democracia debió tragarse el sapo de un rey designado por Francisco Franco, y en Chile los demócratas debieron tragarse un proceso democrático en que el propio Augusto Pinochet figuraba como senador, la enseñanza es: hay que rendirse. Es lo que recomienda, dicen estos “opositores”, la tradición de la recuperación de la democracia. Es la fórmula de arreglo civilizado.

También se usa la idea de “oposición concertada”, es decir aliada, sometida al gobierno o, como se dice en castellano, una “oposición alcahueta”.

Lo que oculta esta fórmula es que, en realidad, la intención es sentarse en la mesa del festín de los negociados, de los contratos, de los millones. Tener unos cuantos parlamentarios que sean necesarios para algunas votaciones, pero cuyos votos se cobraría en comisiones: de eso se trata. El pragmatismo hecho política.

Error elemental. El partido de gobierno ha demostrado que puede, con unos pocos centavos, o cientos, o miles o millones, comprar a los “opositores” que vayan surgiendo. Este mismo año ha puesto a “opositores” comprados en las directivas del congreso sin preocuparse por las apariencias.

Quienes diseñan estas políticas olvidan que cuando hay mucho, pero mucho dinero, todo puede ser comprado. Todo tiene un precio, ya sea que esté señalado en una etiqueta visible o una que se debe encontrar debajo de la mesa, o debajo de la tierra.

Hay muchos que quieren ser los primeros en dividir a la oposición. Hay un premio jocundo para el primero que provoque el desbande.

La competencia ha comenzado. Los “honestos” han dicho que ellos no corren, que se retiran, que ya cobraron. Y que entendieron el profundo mensaje: para los cuatro días locos que vamos a vivir, lo mejor es “vivir bien”.

El problema son los Avaroas.

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