La deforestación en la Amazonia debe ser detenida porque tiende a causar graves daños, no solo nacionales sino, por su incidencia en la regularidad de las llu vias, en el mundo entero. El año pasado, una reunión de países europeos demandó a Bolivia poner alto a ese proceso que fundamentalmente afecta al clima.
Desde la escuela se sabe de la importancia de la vegetación, pues concretamente los árboles son los que estimulan las lluvias a escala internacional. En este caso, Santa Cruz está deforestando miles de hectáreas de bosques para aprovechar el negocio de la madera.
Cabe recordar también que ha sido el propio Gobierno el que autorizó el año pasado la deforestación de cinco mil hectáreas, básicamente para asegurarse el apoyo empresarial de aquel departamento.
La explicación que se tiene es que esa actividad es para ampliar los espacios de cultivo de productos alimenticios, cuando sin necesidad de aserrar un árbol más, aquel departamento provee casi el 70 por ciento de los mismos.
Adoptar una medida tan censurable es permitir que buena parte del empresariado cruceño tenga ingresos por doble vía. Con los cultivos tradicionales de la caña de azúcar, la soya y el maíz se sigue ampliando la frontera agrícola.
Entonces, seguir con la deforestación no se justifica. En cambio, lo que hace es afectar a la normalidad en el abastecimiento de alimentos, pero más grave, atenta contra la regularidad del clima en el mundo entero. Pues, no hay que olvidar que la Amazonia sudamericana es una de las mayores fuentes de la provisión de lluvias, por la magnitud y riqueza forestal que detenta.
Es censurable que el oficialismo ignore aquella solicitud y sin mayores consideraciones al valioso aporte que brinda al equilibrio del sistema climático del orbe, siga autorizando cada año la deforestación en el país.
Un informe de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), publicado por EL DIARIO en su edición de ayer lunes, refiere que en los últimos cinco años se deforestó ilegalmente 670 mil hectáreas. Añadió que si continúa el mismo ritmo de pérdida forestal es inminente que el Departamento de Santa Cruz podría quedarse sin agua en los siguientes años.
El senador Yerko Núñez, a tiempo de pedir un informe a ABT, advirtió que entre 2012-2015, aparte de la deforestación ilegal, con la autorización gubernamental se añadirían 151.432 hectáreas más.
De su parte, la ambientalista Teresa Flores lanzó la alarma que de continuar la deforestación el Departamento de Santa Cruz está en riesgo de quedarse sin agua, como acontece actualmente en La Paz, en forma parcial.
La misma fuente anotó que hasta hace 20 años, Bolivia mantenía un índice de deforestación moderado. Lamentablemente, desde entonces se ha ido reduciendo el espacio forestal, por el creciente aumento en la producción de soya, específicamente en las zonas Norte y Este de Santa Cruz.
Incide, asimismo, en el hecho real de que existe un promedio de pérdida de bosques de aproximadamente 350.000 hectáreas al año. El histórico acumulado ascendió a unos ocho millones de hectáreas, de los cuales más de tres millones fueron deforestados en la última década. Según el informe de la ABT fueron afectadas 91.369 hectáreas en Santa Cruz y a esta cifra se sumaron 4.032 hectáreas en La Paz.
La ambientalista terminó exponiendo que la tala indiscriminada de la capa forestal del país afecta a elementos claves para la regulación de la biodiversidad y la generación de lluvias, pero además pone en riesgo la existencia de los glaciares, proveedores de agua, e igualmente a la ampliación de la agricultura.
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