Peronismo y narcotráfico

La jujeña Milagro Sala no sabe si se va a perforar los intestinos con unas tijeras en la cárcel o si va a pelear el liderazgo del Partido Justicialista, como se llama el partido creado por el innombrable.

Acusada de narcotráfico, de corrupción, de instigación a la violencia, y otras cosas más, la señora Milagro sabe que tiene muchas ventajas.

Está presa por un gobierno “de derecha”, lo que es una garantía infalible hacia el éxito político. El hecho de que el derechista por antonomasia, Donald Trump, hubiera reclamado por ella le quita algunos puntos, pero le sirve por el momento.

Tiene dominio del arte escénico. Posa como una pobrecita colla llegada de Humahuaca y que es víctima de la persecución de un asqueroso gobierno neoliberal que -cosa de locos- quiere poner orden en la economía argentina después del festín K.

Tiene otra ventaja doña Milagro. Todos los K, comenzando por Cristina y siguiendo por sus hijos, sobrinos, cuñadas y yernos, están camino a la cárcel. Todos ellos por ladrones, según dicen los jueces.

Entonces, evaluando la situación, decidió decir desde la cárcel: “mientras todos los peronistas se han metido debajo de la cama, sólo yo quedo en la lucha”.

Hasta ese momento se sabía que en el PJ sólo estaban en carrera Cristina y Sergio Massa, pero ahora ha surgido la cabecita negra, la jujeña, esa que sabe mucho sobre los negocios que se dan en la frontera con Bolivia.

Qué casualidad. Mauricio Macri se fue a Jujuy para inaugurar el año escolar cuando los sindicatos peronistas están en huelga y la CGT prepara una marcha para darle un “impeachment” callejero.

Y Macri acaba de decir que, después de luchar contra la pobreza, su gobierno se propone luchar contra el narcotráfico, el mal que está poniendo en riesgo la existencia de la república Argentina.

Las piezas se están moviendo hacia una confrontación que es conocida por los bolivianos. El narcotráfico suele ganar batallas políticas, sobre todo cuando la economía formal está con graves problemas. Y llega a poner presidentes y gobiernos, que suelen durar tanto o más que los K.

La geopolítica de la trasnacional del narco no descansa, sobre todo después de los éxitos que ha tenido en la región. Para esta estrategia, Milagro sería un milagro.

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