“Aborto es falta de respeto a la vida”

La psicóloga Margarett Hurtado declaró ayer en entrevista con EL DIARIO que el tratamiento sobre la despenalización del aborto no toma en cuenta el respeto a la vida humana, por lo que hace suponer que no todos los orígenes son bienvenidos.

En criterio de la profesional, el tratamiento del aborto muestra que la sociedad no pareciera respetar la vida humana, la cual se concibe desde la unión de un óvulo y un espermatozoide.

Por su condición, los grupos vulnerables, frágiles, como son las mujeres, el tema del aborto trae situaciones complicadas y de sufrimiento, que en criterio de la psicóloga no deberían existir, tales como el incesto, la violación o abuso sexual, que se perpetra por parte de varones, que no se respetan y menos a una dama y peor a una descendencia.

Hurtado sostiene que el tema del aborto debe ir dirigida primeramente a la educación de la población, con el objetivo de recordarles que todos merecemos respeto; sabemos que la actividad sexual forma parte de la vida, pero no se debe producir por violencia o por fuerza, sino por voluntad propia.

Además, se tiene que aprender a diferenciar la sexualidad recreativa con la procreativa, esta última se debe enmarcar en una estructura de compromiso, porque tener un hijo es tener una responsabilidad, y el aborto sólo “apagaría un incendio”, expresó Hurtado.

ABUSADAS

El aborto se produce generalmente en mujeres que han sido abusadas y están traumatizadas por la violencia de las que han sido objeto, cuya acción provoca situaciones de estrés post traumático, ligadas a la depresión y a demasiada ansiedad, que va a repercutir en la vida definitiva de la mujer.

La profesional mencionó que el aborto debe ser trabajado paralelamente con lo que son políticas de educación, respeto y consideración al ser humano, en cualquiera de sus etapas, así sea germinal, embrionario o fetal y, más aún, cuando el feto está ya desarrollado.

MORTALIDAD MATERNA

Al respecto, el director de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Msc. René Pereira, dijo que Bolivia es uno de los países con mayor mortalidad materna de América Latina y dejó a considerar la cuestionante del porqué mueren las mujeres en el país.

Hay respuestas vinculadas a la muerte materna y una variable indirecta es la pobreza, que incide en la muerte de las madres, innegablemente, que por lo general son a mujeres con bajos niveles de instrucción y recursos económicos causales que suelen generar la opción del aborto.

160 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos es la tasa más alta de la región y las causas pasan por hemorragias causadas por el aborto, en condiciones no aceptables, de mujeres mal informadas, en algunos casos por irresponsabilidad.

Recalcó, empero, que el aborto en Bolivia es legal cuando se da por motivos de una violación, cuando está en riesgo la vida de la madre, cuando en la gestación se presentan malformaciones. Sin embargo, hay médicos que realizan abortos clandestinos o cobrando enormes sumas de dinero.

Pero para mujeres pobres, que no quieren continuar con su embarazo por diversos factores, ellas tienen que acudir a centros clandestinos. Mencionó que el impacto que tendría en la sociedad, sería la reducción de la muerte de mujeres en su proceso de maternidad.

MÉDICOS EN DESACUERDO

Por su parte, en su momento, el Colegio Médico de La Paz expresó su desacuerdo con la despenalización del aborto. En esa ocasión, el presidente de la institución, Luis Larrrea, puntualizó que los médicos están para salvar vidas, y que en la Constitución Política del Estado (CPE) se establece que uno de los principios fundamentales es el de resguardar y proteger la vida de los bolivianos.

“Obligar a qué el médico realice un aborto y no se le permite acudir a la objeción de conciencia, se estaría cometiendo una dictadura, lo cual no lo vamos a permitir”, expresó Larrea.

A su vez, la doctora Daniela Torrico explicó que en una situación de aborto, y para una menor afectación, tanto en el feto como en la madre, así como menos impactos psicológica como física, se puede dar durante las primeras 8 semanas de embarazo, antes de las 12 semanas de gestación, antes que el feto se empiece a formar.