Hernán Maldonado
Miami.- Hace un par de años mantuve una larga entrevista con el ex gobernador de Pando, Leopoldo Fernández. Lo primero que me sorprendió al llegar a su casa en la zona sur de La Paz fue observar que el inmueble estaba celosamente custodiado por policías, como para evitar que se escape un criminal de alto vuelo.
Pese a lo que resultaba obvio, se me ocurrió preguntarle: Tras los luctuosos hechos en El Porvenir (en los que murieron simpatizantes del régimen y del gobernador), Ud. tuvo tiempo para buscar asilo en Brasil, cuya frontera está a unos cuantos metros de Cobija, ¿por qué no lo hizo?
No necesitó pensarlo. Mire, Hernán -dijo-, si hubiera huido, tácitamente habría convalidado la versión del régimen de los hechos, sin que yo pudiera demostrar mi inocencia.
Aunque una comisión de Unasur produjo un informe sobre lo ocurrido, fueron tales las contradicciones y la irresponsabilidad manifestada que de nada sirvió para respaldar cualquier investigación imparcial porque abiertamente esa comisión afirmó lo que el régimen de Evo Morales quería escuchar.
El Tribunal Sexto de Sentencia en La Paz acaba de disponer que Fernández debe cumplir 15 años de cárcel por lo sucedido, aunque lo exculpa de delitos tales como terrorismo, asesinato y lesiones graves. La pena es por “homicidio en autoría mediata” (¿?) El juicio duró 8 años y Fernández debería recuperar su libertad en breve.
Sin embargo, Morales cree que “no se hizo justicia” y que el ex gobernador merecía una pena más drástica. La tácita orden halló oídos receptivos en el Defensor del Pueblo, David Tezanos Pinto, quien considera que de los 8 años, el arresto domiciliario (4 años, por razones médicas) “no cuenta”. ¿Los policías en su domicilio están de adorno?
Tezanos Pinto ni siquiera toma en cuenta el abrumador rechazo que provocó la injusta sentencia. La opinión pública considera a Fernández inocente. Lo hemos visto estos días en las columnas de prensa, en las entrevistas a políticos y ciudadanos de a pie.
El ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga cree que Evo no es el culpable de lo que le ocurre a Fernández, sino el vicepresidente Alvaro García Linera y principalmente el ex ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien tras los hechos de El Porvenir “sentenció” a muerte a Fernández en un discurso que en estos días se ha hecho viral, porque es la prueba cabal de que aún sin juicio alguno ya el régimen produjo la injusta sentencia.
Quiroga también recuerda que Fernández, como colega parlamentario de Evo, le facilitó su incorporación a una de las comisiones en la Cámara de Diputados en 1996 y que también era su compañero en partidos de fútbol, la ocupación principal de Morales.
Pero lo que nadie quiere recordar es que Fernández, como ministro de Gobierno de Tuto Quiroga, fue el que salvó de la cárcel a Morales por los asesinatos en Sacaba, tras su expulsión como diputado. ¿Fernández por qué actuó como lo hizo? Espero que más temprano que tarde me autorice a revelarlo.
Si no se asiló para demostrar que no tuvo culpabilidad en lo ocurrido en El Porvenir; si la opinión pública considera que fue un ardid gubernamental para desbaratar la “media luna” opositora en la región oriental del país; si la mayoría de los bolivianos lo considera inocente, ¿cuáles son las otras opciones que le quedan? Amanecerá y veremos.
El autor es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.
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