Según un estudio ambientalista de la organización Mighty Earth, hasta el año 2025 “Bolivia deforestará cinco millones de bosques”. Señala el estudio que esos espacios “serán utilizados para la siembra de soya”; anota, además, que investigaciones realizadas muestran una deforestación permanente en las regiones boscosas tanto de Brasil como de Bolivia y que en los planes habidos se incluye a ambos países para “liberar” al planeta de bosques. Al respecto, una funcionaria del Instituto Boliviano de Investigación Forestal calificó: “el bosque es visto como tierra inútil a la que se necesita darle uso”.
El anuncio, si bien está referido a una deforestación a llevarse a cabo hasta el año 2025, no deja de preocupar que, desde ahora, se esté comprometiendo una deforestación que no hace referencia a la contraparte que debe existir forzosamente y que se refiere a la forestación, es decir a los planes que habría para reforestar esas áreas sometidas a la destrucción.
La información anota que “serán destinadas esas tierras al cultivo de soya”, un hecho que si bien es necesario por la urgencia que hay de soya en el mundo y que sirve para la alimentación del ser humano y animal, no correspondería si se tiene en cuenta que, además de lo planificado -como sería este caso hasta el año 2025-, se deforesta permanentemente y se quema e inutiliza extensas áreas en valles, cabeceras de valle, selvas y bosques tropicales en las regiones orientales del país.
Lo importante sería que el gobierno disponga investigar en qué otros sitios, al margen de los boscosos, se puede cultivar soya y hacerlo en regiones tanto de occidente como oriente que podrían servir para cultivar no solamente soya sino otros productos alimenticios. De todos modos, cultivar soya o cualquier otro producto es preferible a hacerlo con plantaciones de coca que, si bien tiene alguna pequeña utilidad para usos tradicionales, es un veneno mortal para la humanidad por su alto uso para la fabricación de cocaína que es producto elaborado sobre la base de las hojas de coca y con químicos nocivos para el humus de la tierra.
Deforestar bosques y otros sitios con mucho contenido vegetal es un crimen que se comete contra la humanidad y así se ha comprobado, año tras año, con las quemas de extensas zonas y la destrucción con máquinas de miles de hectáreas de tierras aptas para la agricultura. El caso, si fuera posible en concordancia con el Brasil, debería ser estudiado detenidamente y, en lo posible, evitar la deforestación anunciada y lograr mediante labores de prospección, la ubicación de sitios aptos para el cultivo de soya y otros productos.
Mientras más se preserve la integridad de nuestros bosques y tierras aptas para la agricultura, más se velará por la conservación de especies vegetales y animales, a más de cuidar el sistema ecológico y garantizar la provisión de agua.
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