Ampliación de frontera agrícola de la castaña
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El Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) advirtió sobre la pérdida de al menos 30 mil árboles de castaña al año, como consecuencia de la ampliación de la frontera agrícola y del cambio de vocación productiva forestal a un modelo de producción agropecuaria mecanizada. El cambio climático también aportó negativamente en este proceso.
En entrevista concedida a ANF, el responsable de Investigación del Cipca, Carmelo Peralta, señaló que estudios en el norte amazónico realizados por esta entidad dan cuenta de la existencia de aproximadamente 3,5 millones de árboles adultos de castaña, pero que en los últimos años se ha experimentado una drástica disminución.
DEFORESTACIÓN
“La población de árboles llega a poco más de 3,5 millones de árboles en el norte amazónico, sobre 100 mil kilómetros cuadrados, en la provincia Iturralde de La Paz; Vaca Díez, de Beni; y todo el departamento de Pando, pero la deforestación llega a 30 mil hectáreas anuales”, afirmó.
El investigador dijo que sobre la base de los datos del estudio y considerando que por hectárea hay un árbol de esta especie, se estima la pérdida de 30 mil árboles de castaña al año.
DEGRADACIÓN FORESTAL
Explicó que el principal factor que incide en la disminución de la superficie de árboles de castaña tiene que ver con la degradación forestal, provocada por la ganadería y la mecanización de la agricultura. “Mientras el ser humano se interne más en los bosques, abre más caminos, hay nuevos asentamientos, esto tiene que ver con la ganadería, con la agricultura mecanizada, lo que se traduce en mayor pérdida de la cobertura, ese es el principal factor”.
Las condiciones para hacer ganadería en el norte amazónico no son las óptimas –dijo Peralta– debido al uso de suelo categorizado a nivel nacional. Señaló que hay tierras de producción forestal permanente que están bajo presión por las actividades ganaderas y que, a pesar del Decreto Supremo de 2004, que prohíbe la tala de los árboles de castaña, en la realidad ocurre lo contrario.
“Muchos no tumban el árbol pero a los alrededores no dejan vegetación y cuando pasa eso el árbol de castaña deja de producir o produce menos y se seca (…). Tiene que ver mucho con la ecología de la especie, hay la tala de manera directa y la muerte de los árboles por degradación, debido a que quedan aislados”, mencionó.
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