El conducir una motocicleta o un ciclomotor es una tentación que día a día va creciendo, ya que estos vehículos se los puede pagar en cómodas cuotas, gastan poca gasolina, son pequeños, fáciles de estacionar, ocupan poco espacio y sobre todo son versátiles y rápidos para el desplazamiento de un lugar a otro. Para muchos resulta una atracción algo irresistible, aunque para otros no es así porque relacionan la conducción de este tipo de vehículos con la fatalidad. Un estudio realizado por la OPS/OMS refleja que las muertes relacionadas con la conducción de motocicletas en Latinoamérica aumentó en un 227% durante los últimos 12 años.
Los motociclistas en nuestro medio carecen de conciencia sobre el riesgo que implica conducir una motocicleta o un ciclomotor, pues conducen un vehículo inestable, que se ve poco y cuyo parachoques es el propio cuerpo, más aún cuando no utilizan el casco de protección. De donde se deduce que el uso del casco de protección disminuye la morbilidad y la mortalidad, ya que es el único y principal elemento de protección de la cabeza y el cerebro. A continuación veamos de qué manera nos protege el casco:
1. Evita que penetren en la cabeza objetos extraños como piedras, objetos cortantes, etc.
2. Absorbe parte de la energía de impacto, es decir que gracias a su estructura el cerebro golpea contra el cráneo con menos fuerza.
3. Actúa como barrera, pues evita que el cráneo impacte contra el piso, la pared, la acera, etc.
Según las estadísticas, el casco reduce a la mitad la probabilidad de sufrir lesiones en la cabeza, y de tres a nueve veces la posibilidad de que éstas sean mortales.
Durante la pasada gestión en Bolivia se produjeron 289 hechos de transito protagonizados por motociclistas. Es decir que los vehículos de dos ruedas sufren o protagonizan hechos de tránsito de mayor gravedad, pues ante el impacto o caída de una motocicleta o ciclomotor, el cuerpo del conductor y/o acompañante sufre todos los daños. En definitiva, la cabeza es la parte más frágil y la que padece lesiones de mayor gravedad. Las estadísticas son claras al respecto: el 80% de personas que murieron en vehículos de dos ruedas sufrieron golpes en la cabeza.
Como se puede apreciar, el uso del casco lleva consigo enormes beneficios en caso de protagonizar un hecho de tránsito, por desgracia todavía hay personas que no lo usan porque les parece antiestético, les despeina o les resulta incómodo. Estas actitudes imprudentes aún se observa a pesar de que se ha cambiado el diseño de las motocicletas para facilitar el uso del casco, creando y ubicando grandes compartimentos bajo el asiento que permiten guardarlo cuando no se está circulando.
La calidad del casco juega un papel importante a la hora de comprarlo, debes ser consciente de que este elemento de seguridad protegerá una parte fundamental y muy sensible de tu cuerpo como es la cabeza. Es cierto que existe una gran variedad de cascos, la elección entre los diversos modelos de casco dependerá del tipo de motocicleta, del recorrido que hagas habitualmente y de las circunstancias de la conducción. A continuación les proporciono algunos criterios para elegir un buen casco de protección:
1. Un casco abierto es más cómodo y más fresco, pero deja la cara expuesta a los golpes, algunos modelos no protegen adecuadamente la nuca. La mayoría de los cascos abiertos no ofrecen protección para los ojos.
2. Un casco integral (cerrado) es más recomendable porque protege la barbilla, la parte inferior de la cara y el mentón.
3. El material del que esté fabricado también es un aspecto importante, hay de fibra de vidrio, preferibles a los de resina termoplástica o policarbonato, porque protegen mucho más en caso de impacto, aunque son ligeramente más pesados. Es muy importante tener en cuenta que los cascos de policarbonato tienen un tiempo de vida de dos años a partir de su fabricación y, por tanto, pasado ese tiempo hay que cambiarlos porque pierden sus propiedades y dejan de ser seguros.
4. El color también es relevante, un casco con colores claros o brillantes permite que los demás usuarios de las vías puedan verte. Un casco debe ser visible tanto de día como de noche. No es recomendable poner adhesivos, ya que los materiales del casco pueden perder sus propiedades.
“Cuidemos nuestra vida, es lo más preciado que tenemos”.
El autor es docente UNIPOL.
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