Adoctrinamiento político

Los niños y las Fuerzas Armadas son dos conglomerados de la sociedad que no deben ser contaminados con la política porque principios fundamentales de institucionalidad y de respeto lo impiden. Los niños por la facilidad de inducirlos a error y para no sojuzgar su conciencia emergente que merece ser protegida. Los militares y soldados en general, porque no pueden ni deben identificarse con ninguna facción política ni con actitudes tendentes a la división interna del país.

Invitan a la reflexión las actitudes de la cúpula gobernante que con insistencia incurre en discursos y actitudes de adoctrinamiento político e ideológico, precisamente dirigida a niños, jóvenes y militares. Desde abril de 2016 el Vicepresidente recurre a dicho adoctrinamiento, sugiriendo a los padres de familia que también lo hagan respecto de sus hijos menores y a los mismos niños para que defiendan al Gobierno inclusive con cartuchos de dinamita y expulsen por la fuerza a los opositores.

Que se recuerde, esas fueron sus recomendaciones en lugares como Porco, Potosí, y Cotapata, Cochabamba, además de muchas otras oportunidades. Afirmó que si Evo Morales faltara “el sol se va a esconder y la luna se va a escapar”. Añadió que “si lo dejan solo lo van a crucificar… nos van hacer comer con los perros…”. Subrayó: “Evo es más que Jesucristo”, esta es una suerte de endiosamiento que no es ni democrática ni moderna. Dichas intervenciones utilizan un leguaje adecuado al entendimiento de los sectores campesinos escogidos de antemano. No se vinculan a los afanes de gobierno como se espera de un mandatario, sino que aleccionan sectariamente. Por su parte, el Presidente regaló boinas rojas con el estilo del “comandante” Chávez a los pequeños estudiantes de escuela, los que imitaron el saludo masista.

Estas prédicas y ejercicios son censurables vengan de donde vengan. Como lo es en el caso de la ex diputada Roxana Sandoval en relación con un grupo de estudiantes en Santa Cruz. Nadie y bajo ningún pretexto debe abusar de la niñez. El ministro Héctor Arce inició una demanda contra la nombrada “por atentar a los derechos de los niños”, pero no mira la actitud de sus correligionarios Morales y García, mucho más incisiva que la de la señora en cuestión. Más allá de las palabras están los hechos. Textos escolares oficiales y obligatorios incurren en adoctrinamiento con alusiones casi partidistas, figuras, así como frases y fotografías del Primer Mandatario. Esta es una demostración palpable de culto a la personalidad, alejada de la pedagogía y es un recurso propio de los totalitarismos políticos.

En cuanto a las FFAA, no se las puede adoctrinar como fuerza políticamente beligerante, si se parte de que no se puede encañonar con las armas a un segmento de la sociedad y por pasiva o activa proteger al otro segmento, como que las elecciones efectuadas demuestran la división poblacional en proporciones iguales del 50%, vale decir entre oficialistas y opositores. La Fuerza Armada tampoco debe estar al servicio de los gobernantes, su deber es la defensa de la integridad territorial, de la soberanía y dignidad nacionales.