La primera ministra británica, Theresa May, notificó ayer a la Unión Europea (UE) la salida del Reino Unido del club comunitario mediante una carta entregada al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que la recibió con “tristeza” y con la determinación de que será una marcha “ordenada”.
“Este es un momento histórico que no tiene marcha atrás”, afirmó May ante la Cámara de los Comunes, poco después de que el embajador británico en Bruselas, Tim Barrow, entregase a Tusk el documento de seis páginas que inicia el divorcio entre unos socios unidos desde que el Reino Unido se sumó en 1973 a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE).
May subrayó que la invocación del artículo 50 del Tratado de la UE para iniciar esa ruptura responde a la “voluntad democrática” expresada por el pueblo británico en el referéndum del pasado 23 de junio.
En el intenso y desconocido período de dos años de negociaciones que se abren a partir de ahora, la líder conservadora prometió defender “lo antes posible” los derechos de los comunitarios que viven en Reino Unido y resaltó el interés británico por ver una UE que “prospere” y “tenga éxito”.
El Reino Unido –puntualizó– inicia un “viaje trascendental”, en el que necesitará “unidad” de todas sus regiones, en un momento en que el Gobierno Autónomo de Escocia que lidera Nicola Sturgeon ha manifestado su intención de convocar a un nuevo referéndum independentista y tiene la idea de ingresar después en la UE. (Efe)