Hemos estado escuchando y observando estos días acérrimos debates de personas que están a favor y en contra de la práctica del aborto. La cuestión del aborto constituye una de las problemáticas clásicas en del campo de la bioética. Los valores en conflicto se sustentan principalmente en torno a dos hechos; por un lado, la protección contra el daño a la vida, sustentado por el principio de no maleficencia y por otro lado, el respeto al ejercicio de la autonomía de la madre sobre el control de su salud sexual y reproductiva. Los movimientos radicales a favor o en contra de esta práctica ven dicha conflictividad de valores dilemáticamente, entregando respuestas disyuntivas. Lógicamente, una adhesión absoluta a cualquiera de estas dos visiones no solucionará la controversia; resulta imperioso encontrar un punto intermedio para transformar este dilema en problema y con base en el diálogo de todos los involucrados.
Se define aborto como la interrupción espontánea o inducida del embarazo.
La fecundación se produce no por un azar de suerte, sino que se ven involucrados muchos procesos tan perfectos que hacen que dos células muy especializadas; como es el oocito y el espermatozoide tengan que unirse en la ampolla de la trompa uterina; para que posteriormente tengan que formar una sola que se llamara huevo fecundado, luego esperar que exista compatibilidad inmunológica entre el embrión y la madre, porque si no existe esta compatibilidad existirá un aborto espontáneo.
Ahora bien, dentro de las diferentes clasificaciones de aborto se reconoce dos grandes causas:
1. Aborto espontáneo 2. Aborto inducido. Como su nombre indica se trata de la forma como se produce el aborto. El primero se refiere a la interrupción natural del embarazo, sin mediar ningún procedimiento para su desencadenamiento y que habitualmente es el producto de alguna alteración genética e incompatibilidad inmunológica que llevará a la pérdida precoz de la gestación. El segundo se refiere a la interrupción artificial de la gestación mediante procedimientos mecánicos (dilatación cervical, legrado uterino y aspiración).
Bolivia en la actualidad se encuentra cursando la denominada transición demográfica, esto significa que el país tiene unos bajos porcentajes de datos de natalidad y fecundidad. Algo que fue reflejado en un discurso del Presidente el 20 de marzo de 2013, cuando les prohibió usar condones, “para garantizar el crecimiento poblacional de Bolivia”.
Los métodos anticonceptivos se introdujeron en Bolivia en la década de los 60, posteriormente se observa una progresiva reducción de la tasa global de fecundidad de 9 hijos por mujer en 1960 a 1,79 hijos por mujer en 2013. Esto ha permitido a la mujer alcanzar un mayor desarrollo personal en lo educacional y económico, como también un mejor bienestar de sus hijos en lo que se refiere a educación y vivienda.
Ha sido motivo de controversias la real magnitud del aborto en Bolivia. Porque el que debe practicar el aborto será el médico, pero este profesional tiene principios éticos, dentro de su profesión que lo prohíbe, tal es el código de ética médica promulgada por ley No. 728 del 4 de agosto de 1993, que en su artículo 2 dice: “la actuación del profesional médico deberá ajustarse fundamentalmente a las normas de RESPETO A LA VIDA”. Y la Ley No. 3.131, Ley del ejercicio profesional médico, del 8 de agosto de 2005, en su artículo 3 principios dice: “La profesión médica está consagrada a la defensa de la vida, cuidado de la salud integral de la persona, familia y comunidad”. Ya Hipócrates, en el Juramento hipocrático, en un párrafo menciona: “No daré ni suministraré a ninguna mujer ningún presagio con fines de aborto aunque me lo pidiesen”.
Entonces cabe preguntarse en qué quedan todas estas leyes y normas sin mencionar a la Constitución Política del Estado, que menciona en el artículo 15: “Toda persona tiene derecho a la vida y a la integridad física, psicológica y sexual”, siendo esta nuestra norma máxima.
Cabe hacer conocer que hacia la semana 8 del desarrollo, el embrión humano ya ha adquirido forma humana reconocible, periodo conocido como de morfogénesis. En este periodo ya existe desarrollo de la cara, conformación del cuello, conformación de la porción caudal, conformación del tronco y de los miembros. Y lo fundamental, ya en este periodo se encuentra aumentando de tamaño y desarrollando todos los órganos, aparatos y sistemas, denominándose ya feto. (Texto Embriología y Genética, Dr. Fernando Dávalos Crespo).
El fin de esta noble profesión médica se basa en la prevención, curación, práctica de la ética. Legalizando el aborto en Bolivia, no se solucionará el grave problema de salud pública, más bien se debería trabajar en el origen del problema que es realizar una adecuada educación sexual y que ésta misma forme parte oficial de la currícula de los establecimientos de educación primarios y secundarios.
Es necesario que los padres hablen sobre la sexualidad y que se constituyan en familias educadoras de sus propios hijos y que el abordaje de la sexualidad no sea un tema tabú, como lo sigue siendo hasta ahora. Entonces en este delicado tema del aborto nos vemos involucrados todos.
El autor es médico - docente embriología y genética de la facultad de medicina de la UMSA.
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