La oposición venezolana regresó a las calles para condenar el golpe de Estado cometido por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlado por el chavismo, contra la Asamblea Nacional (AN). Las dispersas protestas se han desarrollado en Caracas y otras ciudades del país caribeño. Los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, la principal academia de este país, han marchado hasta la sede del Supremo, en el centro de la capital, para repudiar la ruptura del orden constitucional. Pero la Guardia Nacional ha reprimido a los manifestantes y los periodistas que cubrían esta protesta. Dos jóvenes han sido detenidos por los militares.
La tensión ha crecido tras el pronunciamiento de la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, contra la maniobra del Supremo para vaciar de competencias a la Asamblea Nacional. Muchos manifestantes se han concentrado en la sede del Ministerio Público, en Caracas, para defender la democracia.
La Unidad Democrática ha convocado a una concentración este sábado en Chacaíto, al este de Caracas. En un comunicado, la coalición opositora ha instado al Ejército a reestablecer la democracia en Venezuela. “Ya la fiscal se manifestó: ‘las sentencias TSJ son una ruptura del orden constitucional’… La FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana) no puede permanecer callada ante violaciones de la Constitución”, reza el documento. La solicitud se extiende a la Defensoría del Pueblo y demás poderes públicos.
Los adversarios del régimen adelantan gestiones para permitir la entrada de representantes de Gobiernos y organismos internacionales a Venezuela. “El problema de Venezuela se ha convertido en una enfermedad contagiosa para toda la región. La solución es apelar al pueblo venezolano para que hable en esta hora”, dijo Julio Borges, presidente del Parlamento.
“No queremos que el Gobierno nos venga a reprimir desde ya, lo vamos a hacer en su momento y lo vamos a hacer en compañía del pueblo venezolano en todos los rincones del país”, dijo el diputado hace dos días. Pero el repudio al régimen ha generado que muchas protestas sean espontaneas (EL PAÍS).