Desde antes de 1879 las relaciones con Chile no fueron cordiales, por ambición del país vecino, ya que la naturaleza había sido pródiga con Bolivia, especialmente porque tenía ingentes riquezas naturales y una costa marítima extensa, aunque no supo reconocer su importancia para lograr progreso. Por su parte Chile era una faja angosta de 4.329 kilómetros de territorio, con una anchura de 445 Km, en su mayor parte desértico, con muy poca provisión de agua potable. El desarrollo chileno en gran parte comenzó con la explotación de minas de cobre, como principal fuente de ingresos.
Ante los problemas por la falta de territorio y riquezas naturales, Chile recurrió a la guerra de conquista ante sus vecinos, mediante un armamentismo constante, pensando en futuras agresiones y en la posibilidad de que sus fronteras sean rebasadas por países enemigos como Argentina, Bolivia y Perú, con los cuales tiene diferencias constantes. Especialmente se recuerda que durante la Guerra de Las Malvinas, Chile ayudó a Gran Bretaña, lo que dejó heridas profundas en los argentinos. Mientras que la Guerra del Pacífico de 1879 dejó heridas en peruanos y bolivianos y se espera que algún día haya ajuste de cuentas.
Por estas razones, Chile mantiene un armamentismo constante, para mantener en raya a sus vecinos agredidos. Los últimos acontecimientos en la frontera con Chile, cuando aduaneros y militares bolivianos fueron detenidos por policías chilenos, por un incidente con algunos contrabandistas, nos hacen ver como un país pacífico al extremo y solamente de nombre con fuerzas armadas, por lo que estamos a merced del enemigo común. Nunca como hasta ahora, Bolivia fue humillada de esta manera. El Estado boliviano tuvo que mirar absorto las agresiones de Chile, además de su trato abusivo a periodistas bolivianos. Estos acontecimientos duelen a los bolivianos y vemos con amargura cuánta falta hacen unas Fuerzas Armadas fortalecidas.
Es lamentable que Bolivia siga dependiendo como Estado de los puertos chilenos y con el incumplido Tratado de 1904, que se lo pone en vigencia solo cuando le conviene a Chile.
Los bolivianos nos preguntamos hasta cuándo vamos a depender de los puertos de Arica, Antofagasta e Iquique para nuestro comercio exterior. Viendo esta necesidad nuestra, Chile abusa permanentemente, bloqueando el comercio exterior del país, causando postergación en nuestro país. Se invoca permanentemente el Tratado de 1904, que para Bolivia es un fracaso, porque defiende solo los intereses chilenos. El gobierno boliviano necesita una política internacional efectiva. Es hora de comprender que para lograr una salida al mar pasarán muchos años y mientras tanto no deberíamos estar a merced de los chilenos. Para que Bolivia no muera por falta de puertos de exportación, la posibilidad cierta es el uso de puertos peruanos, como Ilo y Matarani, desviando en esa dirección la carga que va actualmente a puertos chilenos.
Cuándo el Gobierno boliviano actuará decididamente para salvar el comercio exterior, tomando en cuenta que la construcción del Tren Bioceánico es obstaculizada aún por reparos políticos.
Es preciso hacer reuniones con el presidente Pedro Pablo Kuczynski y agilizar la aprobación del Convenio de Ilo en el Congreso peruano. Por otra parte, nada se dice sobre el acabado, en el lado boliviano, de la carretera a Ilo. El gobierno tiene la obligación de habilitar los puertos peruanos, pues no hacerlo será imperdonable.
El autor es Profesor Emérito y ex-autoridad de la UMSA.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |