Triunfos que deberíamos capitalizarlos

Corrían los años 77 cuando se realizaron los Juegos Bolivarianos en nuestro país. El matutino EL DIARIO tenía un suplemento deportivo semanal de los días lunes con la razón social Todo Deporte bajo la dirección de Eduardo “Pachi” Ascarrunz, su hermano fallecido Carlos, Toto Arévalo, Fernando Espinoza, Juan Pastén, Gerardo Morón también fallecido y el suscrito.

Son 40 años al 2017, cuando tuve la oportunidad de conocer a un periodista deportivo ecuatoriano de nombre Juan Carlos Betancourt, quién en una conversación me decía que el mapa sudamericano dentro el fútbol tenía tres parcelas, una la mundialista compuesta por Brasil, Argentina y Uruguay, una segunda constituida por Paraguay, Colombia y Chile y una tercera en las que estaban Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela.

En ese contexto, hablaba de su país, señalando que una victoria de su selección como dueño de casa contra los mundialistas era un acontecimiento nacional que hacía olvidar los problemas que tenía el país y ni qué decir si se conseguía al menos un empate fuera de sus fronteras. Pero señalaba que todo éxito se diluía al día siguiente por la desorganización existente dentro de la Federación de Fútbol por intereses personales existentes. En la actualidad parece que Ecuador ha superado este caos y de a poco se incorporó a la segunda parcela.

Estas Eliminatorias Rusia 2018 no han cambiado mucho desde ese diálogo del año 77. Perú, Bolivia y Venezuela siguen en la retaguardia de las demás selecciones, pese a que Perú de la mano de Didí como entrenador (ex integrante de la selección de Brasil) y del maestro de media cancha Cubillas, tuvo un ascenso que después cesó. Igualmente Venezuela se hizo sentir en dos eliminatorias anteriores, bajo la conducción técnica de César Farías, actual entrenador de The Strongest, producto de un proceso que duró unos buenos 15 años cuando José Omar Pastoriza, entrenador y ex futbolista de Independiente , asesoró sobre la reestructuración de la Federación y los sistemas de organización de campeonatos para la formación de nuevos valores desde las divisiones inferiores.

¿Y en Bolivia qué pasó desde el año 1994 en que participamos en el Mundial de EE.UU.? Nada.

No hemos sabido capitalizar ese éxito continuando con la inercia de las tres instituciones autónomas : FBF, Liga y ANF que gobierna nuestro fútbol, donde la Federación es un mueble anquilosado que únicamente se ocupa de convocar selecciones, una liga con doce equipos sin perspectiva de promoción de nuevos valores al no tener divisiones inferiores en actividad, la ANF y su Nacional “B” con equipos constituidos por “muertos de la Liga”, división inventada por Mauricio Méndez, ex presidente de la Liga para que ascienda su Club Wilstermann a seis meses de su descenso, y que no aporta ningún beneficio al fútbol; y, finalmente las Asociaciones Departamentales, donde no existe límite de edad y se juegan 18 partidos anualmente... Entonces ¿de dónde sacaremos futbolistas para preparar el seleccionado para las eliminatorias del Mundial del 2022?

Ante la ineptitud de los dirigentes que no saben capitalizar los escasos éxitos de nuestro fútbol, como el último triunfo frente a la Argentina –al que lo tenemos de hijo en La Paz- donde se vio que tenemos jugadores de valía, con una reestructuración a todo nivel, y tendrá que ser Mauricio Soria como entrenador de la Selección Nacional con FABOL, quienes comiencen una revolución que muevan los cimientos de nuestro fútbol para acabar con los “vividores” que se encuentran encaramados en el llamado “monstruo de tres cabezas” y sea la FBF la organizadora de los campeonatos profesionales con los equipos de la Liga y promocionales con las Asociaciones Departamentales; o tendremos que nacionalizar futbolistas a diestra y siniestra para que nos representen. Lastimosamente, así no más están las cosas.