Canciller Muñoz se queja de Bolivia

El canciller chileno, Heraldo Muñoz, aseguró que las relaciones con Bolivia están en su peor momento. “La relación ha caído a sus momentos más bajos”, dijo y cuestionó: “¿Se imagina negociar con la parte a la cual se insulta sistemáticamente?”.

En entrevista concedida al periódico La Tercera, el jefe de la diplomacia transandina aseguró que las reacciones del Gobierno boliviano por la detención de sus ciudadanos que “estaban incuestionablemente en territorio chileno” eran previsibles porque “sospechábamos que el Gobierno de Morales pretendería acciones de provocación alrededor del 21 de marzo, fecha de presentación de la réplica boliviana a la contramemoria chilena por el caso de la demanda marítima, y por la fecha del denominado Día del Mar, el 23 de Marzo”

Dijo que aún de las tensiones Chile mantiene la oferta de negociar con Bolivia. “Diría que ahora es una agenda de 11 puntos, puesto que Chile demandó a Bolivia por el río Silala, que era otro de los ítems de la agenda de 13 puntos”, puntualizó.

Añadió que esa posibilidad pasa por generar un clima “muy distinto a la hostilidad que ha desplegado el Gobierno de Bolivia” y reclamó: “Morales y sus más cercanos nos agreden verbalmente a diario”.

Dijo que en el 90% de los casos evitan contestar. “Cuando respondemos es la excepción, solo cuando se ha sobrepasado cierto límite”, aseguró.

Respecto a la detención de los nueve ciudadanos bolivianos, el canciller Muñoz aseguró que “no es primera vez que se han perpetrado acciones semejantes por parte de militares y civiles bolivianos”. Consultado si fue adecuada su judicialización advirtió que “ante una violación de la soberanía, corresponde aplicar la ley” y tipificó el hecho como un caso policial “de ingreso ilegal al país –que ningún país acepta–, de robo con intimidación y porte ilegal de armas”.

Anunció que si Bolivia lleva este caso ante la Comisión Intermaericana de Derechos Humanos, el Gobierno chileno responderá debidamente aunque consideró que “sería irónico (…) cuando ese mismo Gobierno ha acusado al relator para la Libertad de Expresión de la CIDH como integrante de lo que el gobierno de Morales denomina ‘el cártel de la mentira’, junto a diversos medios y periodistas independientes bolivianos”.