Clepsidra
Resulta difícil e inexcusable no referirse a los últimos acontecimientos que se han suscitado en la hermana república de Venezuela, donde las extravagantes piruetas políticas forjadas por su estulto dictador degeneraron en el cierre de la Asamblea Nacional y su sustitución por el Tribunal Supremo de Justicia, para luego tener que rectificar ese estropicio, por la férrea resistencia interna e internacional; el repudio de la OEA; el retiro de los embajadores de varios países de la región y, hasta el desacuerdo de sus más ilustres cómplices, como es el caso de los ex presidentes: Rodríguez Zapatero de España, Martín Torrijos de Panamá y Leonel Fernández de la República Dominicana.
De no mediar la arreglada intervención de la Fiscal General de la Nación, Luisa Ortega Díaz, quien astutamente desconoció el fallo de los serviles trapisondistas de la Corte, dándole al déspota la oportunidad de escapar de ese entuerto aduciendo que lo desconocía y que se había enterado por la TV (seguramente en medio de su novela favorita), hasta los más frágiles hilos del titiritero cubano estuvieron a punto de romperse ante este absurdo paso dado por su marioneta y, en medio de un silencio sepulcral, Raúl Castro comenzó a sentir los inicios de una espantosa escasez de gasolina en su isla de la fantasía socialista del Siglo XXI.
Sin embargo, la situación está lejos de haberse zanjado y por el contrario, creemos que este grave error ha dado paso a otros que sobrevendrán en el futuro, como la dificultad de gobernar con una Asamblea herida; con un Tribunal Supremo incurso en el delito de sedición y cuya renuncia colectiva es exigida por la Fiscalía y por el pueblo; por la presión de más de veinte países de la región que coinciden con la cada vez más fogueada oposición venezolana en su justa lucha por la liberación de los presos políticos, la convocatoria a nuevas elecciones y la restauración de las garantías constitucionales.
No olvidemos que la crisis humanitaria que atraviesa esa nación hermana se refleja en el flujo de personas que atraviesan el puente fronterizo entre Venezuela y Colombia, en busca de alimentos y medicamentos, y que ha crecido de 25.000 a 50.000 individuos diariamente. Esta insólita, como inhumana realidad, convierte al caótico régimen madurista en un peligroso foco de infección que amenaza la seguridad de todos los países de la región, especialmente cuando se ha establecido los estrechos vínculos de militares con cárteles de la droga y con movimientos terroristas islámicos de Irán y el Hezbolá, a través de su controvertido y recientemente nombrado Vicepresidente: Tareck El Aissami.
Recomponer lo descompuesto por el populismo es una labor titánica, que deberá ser encarada por aquellos países que fueron presa de esa pandemia de corrupción, narcotráfico y desinstitucionalización de sus Estados, ya que los inevitables juicios y saldado de cuentas harán difícil dicha tarea, empero, es imperativo enfrentar ese reto, para no caer en esa desgracia que transformó a Venezuela saudita en una Venezuela inaudita.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |