“!Chico…si me muerdes no te voy a llevar conmigo¡ le dije al pobrecito. Se sentó a mi lado desde la mañana y no se ha movido de la esquina, todo el día esperando que vengan a recogerlo y nada, hasta que se entró el sol. Por eso lo he adoptado y se ha quedado con el nombre de Chico, relata Olga Siñani, quien tiene un puesto de venta frente a la iglesia “Señor de La Exaltación”.
La tradicional romería de Cuaresma, que llega hasta la plaza 16 de Julio de la zona de Obrajes, es parte del plan para dejar mascotas abandonadas. Al finalizar la caminata con los primeros rayos del Sol quedan a la intemperie jaurías que se suman a los más de 70 mil canes callejeros.
La historia de Chico es una de los cientos de casos que diariamente ocurren en la ciudad. Los irresponsables dueños de barrios alejados vienen con sus mascotas durante toda la camita, los despistan y los dejan dentro de la plaza, según relata una vecina de Obrajes, quien expresa total indignación por la cantidad de perros sueltos que se encuentran en sus calles.
Durante un breve recorrido por la plaza 16 de Julio e inmediaciones de la iglesia “Señor de La Exaltación”, pudo contabilizarse al menos 27 canes abandonados, algunos de ellos aún con un collar envejecido, prueba de que alguna vez tuvo un hogar.
“Por lo menos de 10 a 12 perritos se quedan cada mañana, estos animalitos se juntan como si fueran amigos y entre ellos se cuidan. Cuando se les quiere botar, porque abren las bolsas de basura buscando comida, ameanzan mordernos. Es peligroso para los niños, tenemos varias escuelas en la zona”, comenta Olga Siñani.
Las personas que adoptan canes de las calles, en algunos casos, alcanza a proteger hasta cinco animales y sin ningún protocolo de vacunas o registro que exige la comuna.
“Así fueron adoptados el Cachuchas, es chapi y cabezón; el Canito, es pequeño pero bullicioso; el Gringo, que ahuyenta a las palomas de la plaza; el Pinki, que está flaco y parece quemado; el Oso, tiene pelaje apelmazado que da cuenta de su condición de callejero; el Negro, que parece ser el líder de la jauría de perros abandonados en la plaza de Obrajes. Todos ellos son nombrados por las vendedoras de alrededores de la plaza”.
María Poma, que vende periódicos en la esquina de la calle 11 de Obrajes, reclama porque “cada viernes aparecen entre ocho a 12 nuevos perros perdidos o abandonados en la plaza y nadie los reclama. “Lo único que podemos hacer es darles comida, pancito, porque nadie los busca. Nadie se preocupa de estos animalitos y sus dueños no sienten pena ni vergüenza de dejarlos abandonados”, cuestiona.
SÓLO LOS DE PEDIGRÍ
Vecinos de la zona señalan que muy pocas veces los dueños buscan a su mascota, “sólo si son de raza fina”, asegura Cristina C., una vecina que por décadas vende palmas en la puerta de la iglesia.
Entretanto, el secretario municipal de Salud, Roger Tapia, informó que las limitaciones que enfrenta la comuna para atender a por lo menos a 70 mil canes en estado de abandono y que tampoco pueden ser sacrificados deliberadamente.
Tapia informó sobre el despliegue de un cerco epidemiológico por el brote de por lo menos 10 casos de rabia canina, contabilizados en la ciudad de La Paz hasta la pasada semana.
Por esta razón, se impulsa la campaña de vacunación antirrábica, que cuenta por lo menos con 900 unidades de control, para cubrir el cerco epidemiológico.
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