TOCANDO FONDO
Dr. Edgar Linares Mariscal, fundador y ex asesor legal de Fabol
Cuando la F.I.F.A presenta la calificación de las selecciones en el ámbito internacional, nuestro país en muy pocas oportunidades sale del último lugar de América del Sur, y lo primero que se nos viene a la cabeza, es que nuestro fútbol está en decadencia por culpa del jugador que no toma en serio su profesión, sin tomar en cuenta que es el dirigente que incumple con sus obligaciones estampadas en un contrato de trabajo, lo que da lugar a que se altere su preparación para afrontar los compromisos debidos a los paros.
El fútbol profesional en nuestro país surge el año 1950, cuando varios jugadores ya tenían un sueldo mensual o ingresaban a trabajar a las empresas o entidades estatales gracias a sus dotes de futbolista.
Sin embargo tuvieron que pasar muchísimos años para que el deportista profesional pueda organizarse para crear un ente que defienda sus intereses. Es así que en fecha 25 de febrero de 1993, en la ciudad de Cochabamba se fundó la Federación Sindical de Futbolistas Profesionales de Bolivia, que para abreviar se lo conoce con el nombre de FABOL, habiéndose aprobado su Estatuto y Reglamento por los integrantes de la selección en fecha 17 de agosto de 1993, en el Hotel Max Inn de la ciudad de La Paz, trinchera de la preparación para el Mundial de EE.UU. del 94, otorgándole el Estado Boliviano su Personería Jurídica bajo la Resolución Suprema 213881 de fecha 28 de abril de 1994.
A partir de esa fecha, el futbolista profesional goza de una institución que protege sus derechos frente a los clubes que contratan sus servicios, constituyéndose en una de las entidades con mayor fuerza en el ámbito deportivo del país, si comparamos con la Federación Boliviana de Fútbol, La Liga y la Asociación Nacional de Fútbol, con escándalos permanentes entre dirigentes que a diario vulneran sus Estatutos, inclusive reuniéndose en los centros penitenciarios donde se encuentran sus ejecutivos que no quieren dejar el cargo y lo que es peor, que no dirigen absolutamente nada y entonces nos encontramos con la respuesta del porque nuestro fútbol está siempre rezagado.
En la actual coyuntura de la mediocre calidad en la que se desenvuelve nuestro fútbol, FABOL debería constituirse en el eje sobre el cual gire la transformación de nuestro fútbol. Los paros con los que amenaza permanentemente por falta de pago de sueldos a sus afiliados, se debe primordialmente por la falta de capacidad de los dirigentes de ofrecer al hincha torneos competitivos para que asista a los estadios y de esa manera poder obtener recursos económicos para cubrir sus planillas salariales mensuales. La propuesta que la lanzamos hace tiempo sobre el cambio que debe haber en la estructura de nuestro fútbol, incluye a FABOL dentro de la toma de decisiones de la NUEVA F.B.F., por el hecho de que el futbolista es el principal actor del espectáculo y por ende el que llena estadios que beneficia, lo propio que al Club, y, por el déficit de capacidad que existe en los dirigentes que se debe al futbolista, sacamos la conclusión que un futbolista puede también ser dirigente, pero que un dirigente no puede ser futbolista, porque hay que nacer para esta profesión, hecho demostrado mundialmente con futbolistas, ahora dirigentes.
Lo que resta es que no se llegue a extremos en la falta de sueldos a los jugadores como está pasando con San José y otros que están cerca de la quiebra, y que eso sea el detonante para que FABOL paralice el fútbol y obligue a los dirigentes a dejar sus cargos y nombrar una comisión para trabajar en la reestructuración del fútbol. No olvidemos que para clasificarnos al Mundial de EE.UU. 94, se tuvo que parar seis meses el campeonato por el incumplimiento de los contratos con los jugadores, situación que en la actualidad tras la primera rueda del campeonato está empezando a sentirse. FABOL con la fortaleza demostrada, tiene la palabra.
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