Ayer, Domingo de Ramos, comenzó la celebración de Semana Santa para los creyentes católicos en nuestro país y en el mundo.
El arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti, quien concelebró la Eucaristía, condenó los actos de violencia en el mundo y llamó a la reflexión y recogimiento de los creyentes al recordarse la Pasión y Resurreción de nuestro Señor Jesús.
“Jesús sí es rey, pero un rey que rompe los arcos de la guerra, un rey de la paz, un rey de los pobres y servidor de todos. Jesús no se apoya en la violencia. Su poder reside en la pobreza y en la paz de Dios”, dijo.
Como cada año, en todas las parroquias del país se conmemoró la entrada de Jesús a Jerusalén.
Los fieles acudieron a los templos para hacer bendecir las palmas que sirven como un elemento simbólico del acontecimiento religioso, pero que también representa la fe católica en los hogares con su presencia material durante todo el año.