BIENESTAR
Karen Hernández
Aunque no lo creas, existe un choque constante de energías entre tu cuerpo y el ambiente que hace que regule tu estado anímico.
¿Alguna vez has corrido descalza por el césped del jardín o la arena de la playa? Es una sensación inexplicable que despierta tus sentidos y que, sin pensarlo, te brinda calma en los momentos más estresantes o tensos.
Sí, entrar en contacto con la naturaleza es el mejor remedio para tus males y existe una terapia especializada en sanar tus heridas mediante esta.
Científicos y expertos en medicina ambiental de la Universidad de California en Los Ángeles avalaron la técnica ‘grounding’ o ‘earthing’, que consiste en ‘conectarse con la tierra’ a través de los pies descalzos. Los seres humanos somos seres eléctricos, por lo que para mantenernos sanos, es necesario establecer un equilibrio entre las cargas de la energía eléctrica que emana de la Tierra.
El choque de energías provoca descompensaciones pero existen muchas terminaciones nerviosas en los pies por lo que al ponerlos en contacto con la superficie de suelos naturales (hierba, tierra, arena) encendemos nuestros puntos de energía, mejorando la oxigenación y circulación de la sangre y evitando la oxidación del cuerpo.
Pero ya sea que estés recostada, sentada o parada sobre el jardín, haces que la energía, tanto la que emana de la tierra como la que se desprende de tu cuerpo, fluya. Así, la energía negativa que tienes, se regula al mismo nivel que la del planeta, por lo que esto hará que te sientas mucho mejor contigo misma.
Además de llenarte de energía positiva, el grounding puede disminuir los malestares premenstruales y menstruales, te relaja y mejora tu estado de ánimo, combate el insominio e incluso te ayuda a sobreponerte de un jet lag (nada mejor que llegar de un viaje largo y sentir el pasto con tu piel).
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