Estados Unidos usó ayer por primera vez en un conflicto la mayor bomba no-nuclear, la llamada “Madre de todas las bombas”, para destruir un complejo de túneles del Estado Islámico (EI) en Afganistán, con lo que mandó también un mensaje de fuerza al grupo yihadista.
El bombardeo con la GBU-43, un gigantesco proyectil de 10 toneladas que mata con una imponente onda de presión aérea, fue ejecutado ayer a las 19.32 hora local (15.02 GMT) en el distrito de Achin, provincia oriental de Nangarhar.
El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que dio “total autorización” a las Fuerzas Armadas para que utilizaran la “Madre de todas las bombas” contra el EI.