Ayuda mutua
• Salvar a un compañero beneficia a la colonia, por su utilidad
En el suelo de un bosque húmedo de la Costa de Marfil, 500 hormigas marchan en formación de columna dos o cuatro veces al día para cazar termitas. A menudo, uno de los soldados pierde alguna extremidad en las grandes mandíbulas de su presa y se queda por el camino, pero sus compañeras vuelven y las llevan de vuelta al nido, para que puedan recuperarse.
SIN PRECEDENTES
Científicos del Centro de Investigación del Parque Natural de Comoé han observado ese comportamiento de rescate en la especie Megaponera analis, encontrada en África subsahariana. Los responsables del trabajo, publicado en la revista Science Advances, sostienen que no hay precedentes de ese tipo de comportamiento en insectos y que los resultados “pueden proporcionar pruebas de que la empatía no es necesaria para que los animales desarrollen acciones de ayuda” hacia los demás.
Ya se sabía que algunas especies de hormigas ayudan a rescatar a los compañeros de caza atrapados después de un derrumbe de tierra o a los que caigan en una trampa de hormigón, pero, según indica Erik Frank, principal responsable del estudio, se trata de contextos diferentes. “Esas son situaciones en las que los individuos se enfrentan a un peligro de muerte inminente”, explica en una entrevista por videoconferencia desde Comoé.
PIDEN AUXILIO
En el caso de las M. analis, los investigadores observaron que las hormigas heridas producían dos tipos de feromonas (disulfuro de dimetilo y trisulfuro de dimetilo) en sus glándulas maxilares para que sus compañeras pudieran identificarlas y recogerlas. “Es como se emitieran una especie de palabra: ‘ayúdame”, dice Xavier Espadaler, entomólogo del instituto de investigación medioambiental Creaf, de la Universidad Autónoma de Barcelona, que lleva 35 años estudiando esos insectos. Espadaler explica que esos mecanismos químicos “gobiernan” la vida de las hormigas. “Son como petroquímicas ambulantes. Cada una tiene entre 25 o 30 glándulas de secreción externa que producen diferentes sustancias para cada situación”, comenta.
El investigador matiza, que estas hormigas no son necesariamente altruistas, sino que rescatan a sus compañeras porque eso es lo mejor para la colonia. “Son muy pragmáticas, el individuo no tiene prioridad por sí mismo”, explica. Y es que casi todas las hormigas rescatadas (el 95%) participaron en las expediciones de cacería posteriores, a veces menos de una hora después de sufrir la lesión.
CONTRA TERMITAS
En experimentos que forzaron a los individuos lastimados a volver a casa solos, el 32% murieron en el camino, debido principalmente a la depredación por arañas. El comportamiento de rescate redujo la mortalidad por combate a casi cero. Entre tres y nueve hormigas fueron rescatadas al día por sus compañeras. La mayoría tenía una termita que se aferraba a una de sus extremidades, y el equipo de rescate logró retirar las termitas en el 90% de los casos en las 24 horas siguientes, sin amputar a los individuos heridos, que fueron completamente rehabilitados. Las hormigas que sí habían perdido patas también fueron capaces de recuperarse en los confines seguros del nido. (elpais.com)
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