Potenciar nuestras FFAA

Sun Tzu: “Quien es excelente en resolver dificultades lo hace antes de que éstas surjan. Quién sobresale en vencer a sus enemigos triunfa antes de que se materialicen las amenazas” (El Arte de la Guerra).

El pasado 7 de abril, un representante de nuestro país ante la ONU afirmó entre otros conceptos: “Bolivia es un país pequeño, nosotros no tenemos un Ejército”. Posiblemente se refería al mínimo bélico de las Fuerzas Armadas de Bolivia, que ocupan el puesto 81 de 126 fuerzas en América Latina, según la página web: GlobalFirepower.com

Ese veredicto, nos da la oportunidad de tratar el tema de mayor urgencia para Bolivia, en las actuales circunstancias: potenciar nuestras Fuerzas Armadas para neutralizar amenazas externas.

Razones y acontecimientos históricos nacionales, a lo largo de casi dos siglos, reiteran la necesidad de mantener un ejército profesional muy bien armado, competente, capaz de disuadir ambiciones geopolíticas.

Es decir, el Estado boliviano debe resolver en tiempo prudente, el problema de la correlación de fuerzas que le son negativas a nivel internacional, para aminorar las constantes amenazas a la integridad territorial.

EL PACÍFICO

Sin lugar a dudas, lo más importante es tener en cuenta el poderío bélico de los invasores del Litoral boliviano que, desde 1879 a nuestros días, pesa sobre la economía, la política y el desarrollo nacional. Son más de trece décadas que prácticamente somos dependientes de esos siniestros intereses, como consta en la hemeroteca histórica de EL DIARIO.

En tan larguísimo tiempo, han primado y están presentes factores que, generados por el enclaustramiento marítimo, impiden el desarrollo nacional, anclado por la ausencia de una salida soberana al Pacífico.

La estructura portuaria, las aduanas, las carreteras, el transporte de mercaderías hacia y desde el Pacífico, el abuso y discriminación contra los transportistas, las limitaciones del libre tránsito, constituyen factores de la geoestrategia externa que nos imponen obligaciones.

AMENAZA

Pocos días antes de que Bolivia presentara la réplica marítima, en La Haya, el pasado domingo 19 de marzo, efectivos militares y aduaneros civiles nacionales fueron capturados por la gendarmería del país vecino, acusados de ingresar al territorio chileno y buscar réditos ilegales con camioneros.

El gobierno Bachelet utilizó aquel incidente en su provecho, como operación psicológica y amenaza, para desnaturalizar la réplica boliviana ante La Haya y contra el proyecto internacional del tren bioceánico que incluirá a nuestro país.

En la primera semana de abril 2017, ciudadanos chilenos acusados de contrabando por la seguridad boliviana, causantes del arresto de los nueve guardafronteras, confesaron en las diligencias judiciales que introducían contrabando a nuestro país.

Sin embargo, y desconociendo esas declaraciones, el personal boliviano continúa preso. No prima la justicia, sino el poder económico y en última instancia, el poder bélico.

FONDO DE DEFENSA

Comentaristas especializados supuestamente en temas militares confunden a la opinión pública y se oponen, a título personal, a que el Estado potencie las Fuerzas Armadas, cuando la realidad impone la urgencia de modernizarlas bélicamente, ahora, para mantener la integridad nacional mañana.

Asistimos a un profundo cambio de poderes en el mundo y tal vez a un nuevo perfil de influencia internacional. No sería raro, por lo tanto, que bajo esa óptica surjan conflictos limítrofes o de supuesta pertenencia de recursos naturales en América Latina (por ejemplo, el agua del manantial Silala, el litio, etc.,) y ya esté programado apropiarse de ellos.

Sopesar estas tendencias significa planificar la defensa territorial, preservar los recursos naturales y, por supuesto, convoca directamente a potenciar, sin pérdida de tiempo, a las Fuerzas Armadas de Bolivia. ¿Cómo?

La respuesta nos remite directamente a la ampliación del proyectado Fondo de Defensa, que debe admitir en su norma un trato económico de contingencia que beneficie a las Fuerzas Armadas de Bolivia, para la adquisición de un arsenal de última generación y, además, dotación de recursos económicos destinados al sistema de Inteligencia y de la seguridad del Estado.

EFECTIVOS Y ARMAS

A continuación, cifras difundidas en la web: GlobalFirepower.com que revelan el poder bélico de 126 ejércitos. Con base en esta información especializada, se estima que Bolivia ocupa el puesto 81 y Chile, el número 47.

Bolivia tiene una población en edad del servicio militar, anualmente, de 215 mil personas. Nuestro Ejército tiene 22 mil 565 efectivos, la Fuerza Aérea (FAB), 6 mil 530 efectivos y la Fuerza Naval, 4 mil 983 efectivos.

Lo catastrófico en el número de armas. Ejército: 54 tanques, 157 vehículos de combate blindados. Artillería remolcada, 86. Apenas 36 unidades de defensa antiaérea. Cero sistemas de cohetes. Cero autopropulsada de armas.

FAB: 6 mil 530 efectivos, 84 aeronaves; de transporte 36; aviones de entrenamiento, 40. Helicópteros comunes 30. Cero helicópteros de ataque; cero aviones de ala fija de ataque; cero interceptores…

La Fuerza Naval: 4 mil 983 efectivos. Naves acuáticas patrulleras 28; Costera de defensa Craft, 11. Cero fragatas. Cero guerra de minas.

Chile: aptos para el servicio militar, 7 millones 200 mil personas. Recluta anualmente, 280 mil jóvenes. Su Ejército cuenta con 32 mil 11 efectivos. 400 tanques; 2 mil 346 vehículos blindados de combate. Autopropulsada de armas, 48; Sistema de cohetes, 8. 1421 unidades de defensa aérea y 246 unidades en otros servicios.

Fuerza Aérea de Chile. 8 mil 573 efectivos. Aeronaves 243 Figthers; 44 interceptores; aviones de ataque 44; de transporte 104; de entrenamiento 78; helicópteros 84.

La Fuerza Naval de Chile: 18 mil 307 efectivos; 8 fragatas; 7 lanchas misileras; 36 aviones navales; 18 tanques marinos; 117 equipos marinos; 4 submarinos y 16 naves defensa costera. El presupuesto anual de las Fuerzas Armadas de Chile, según esta fuente, es de 5 mil 483 millones de dólares.

El presupuesto de las Fuerzas Armadas de Bolivia bordea los 315 millones de dólares, la mayor parte destinada al pago de salarios y mantenimiento de algunos equipos. Es decir, las Fuerzas Armadas de Chile superan, sólo en presupuesto a Bolivia, con mucho más de 5 mil millones de dólares anuales.

CORRELACIÓN DE FUERZAS

Las cifras que citamos líneas arriba, constatan la potencia bélica de las Fuerzas Armadas de Chile, respecto a Bolivia. El Estado chileno se preocupa -desde 1879- de potenciar su fuerza bélica, pues, en su geopolítica y en su geoestrategia, plantea su expansión territorial con preferencia a Bolivia.

La única manera de disuadir su carrera geopolítica de fronteras abiertas hacia nuestro territorio es, sin vuelta de hoja, potenciar nuestras Fuerzas Armadas ahora. Mañana será demasiado tarde.

clovisdiazf@gmail.com