Creadores de luz
Una exposición fotográfica denominada: Sopocachi -Memorias de un barrio singular- logra un recuento gráfico de ochenta años enlazados entre 1900-1980. Estampas sintéticas detenidas en el tiempo. Fuente inspiradora de escritores y poetas. Nostalgia del hombre común, inmerso en recuerdos de época ilusionada; fuente de inspiración para el compositor Néstor Portocarrero, recordado en los versos musicales que dicen: “Sopocachi, de mis años juveniles/ quince abriles/ quién volviera hoy a tener”. Estrofa escuchada muchas veces a bordo de un tranvía de aquellos tiempos.
Mirada retrospectiva a través de las fotografías que, en estos días, nos lleva a la memoria a centenares de personas, recorridos por las calles empedradas con adoquín de piedra comanche. Jardines con aroma a flores primaverales. Ondulados senderos recorridos por estudiantes y enamorados, bajo la sombra de vieja arboleda. Maravillosa loma del Montículo y su mirador abierto a la transformación de la ciudad entera.
Aquellas impresiones juveniles jamás se borraron. Lo bello queda grabado, como el recuerdo de personalidades que caminaron por allí, figuras de nuestra cultura enraizadas en el pensamiento hecho progreso; ilustración, enseñanza, arte y amistad también arraigada a momentos vividos, permitiendo aún escuchar sus voces con palabras optimistas.
Allí están las casas donde vivieron. Ahí está el templo de la devoción religiosa. Todo ese paisaje extendido hasta las avenidas de mayor tránsito paceño, convergen en ese ayer hecho añoranza y tristeza, porque ahora, esa belleza conocida, debilita su encanto ante el avasallamiento de gente sin escrúpulos, sin respeto, sin cultura y sin amor hacia aquello que despierta encanto en quienes saben mirar y respetar lo creado por gente de sensibilidad hecha obra. La ciudad misma, ya no luce el encanto de sus avenidas Arce y Seis de Agosto, cimientos de Sopocachi y la ciudad entera.
Allí están las fotos, los recuerdos y los nombres. Preciosidad de inmuebles hoy convertidos en apiladas de ladrillos. Exquisitez de mansiones destruidas para edificar rascacielos que ensombrecen la ciudad. Sólo el recuerdo vuelve a llevarnos a la delicadeza de los parques por donde anduvieron maestros de la música, el periodismo, la literatura y, en fin, meritorios conductores de la niñez y la juventud. En sus viejos árboles, se grabaron nombres encerrados en corazones. El amor juvenil dejó testimonio de su paso por aquel lugar hecho ensueño.
Las palabras escuchadas la noche de apertura de esta muestra en el Espacio Simón I. Patiño, confirmaron atracciones del pasado. Un historial que no escapa a la admiración de las generaciones posteriores, porque supo abrir el verdadero camino del progreso de la ciudad. Gracias al auspicio del mencionado Espacio, la Fundación Flavio Machicado y Organización Cultural Sopocachi, el público puede acercarse a la exposición abierta hasta el próximo 2 de junio.
La historia del barrio se remonta al año 1905. Su comienzo divulgado desde las columnas del diario El Comercio, abrió interrogantes sobre el futuro de aquella zona mencionada como Valle de Sopocachi, la que iniciaba su urbanización de acuerdo con un plano presentado por el arquitecto suizo Antonio Camponovo, a quien se sumaron los arquitectos e ingenieros bolivianos, Adán Sánchez Lima, Julio Mariaca Pando y Emilio Villanueva. Al transitar por calles, avenidas y plazas de la ciudad, mencionamos los nombres de aquellas personalidades que hicieron posible levantar ese barrio.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
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