A un mes del incidente fronterizo
• Familiares de detenidos piden reunión con Evo Morales y pago de pasajes por lo menos uno por mes para visitarlos en la cárcel de Alto Hospicio
Hoy se cumple un mes desde que los nueve bolivianos: dos militares y siete funcionarios de Aduana fueron enmanillados, puestos en tierra boca abajo y golpeados por carabineros chilenos que después los detuvieron acusados de presuntos delitos, entre ellos robo, como aseguró la propia presidenta de ese país, Michelle Bachelet.
Hace también un mes, que no se sabe nada sobre los supuestos nueve camiones y los contrabandistas que transportaban mercadería en la frontera entre Bolivia y Chile.
A partir de ese episodio, fueron varios los momentos en que la tensión diplomática entre Chile y Bolivia subieron con el intercambio de mensajes poco amables entre autoridades de ambos estados enfrascados en descalificativos mutuos mientras la vida de nueve familias que tienen a sus seres queridos en una cárcel extranjera, les cambió la vida por completo.
A pesar de las varias peticiones del Gobierno boliviano de liberar a los detenidos, de la denuncia ante organismos internacionales, del recurso de amparo constitucional que presentó la defensa boliviana y a pesar de la campaña internacional difundida en redes sociales: “#Liberenalos9”, ellos siguen sin lograr su libertad y sin ver a todos sus seres queridos. Para nueve familias bolivianas la vida se detuvo.
TESTIMONIO
Una de las madres de los detenidos Sara Rada, madre de Carl Luis Guachalla Rada, quien el pasado fin de semana viajó a Chile a ver a su hijo, afirmó que existe gran preocupación porque la defensa no logró hasta el momento, la libertad de los encarcelados de forma preventiva.
Contó que el domingo, 16 de abril, en la visita que realizaron a la cárcel de Alto Hospicio, la madre de uno de los compatriotas se quebró en llanto y se arrodilló frente a su hijo, apresado desde el 19 de marzo, “fue algo realmente muy triste que nos pone a pensar qué pasará con nuestros hijos”, dijo.
Por su parte, Raúl Quenallata, padre de Bryan Quenallata, otro de los detenidos en Chile, lamentó la decisión de la justicia chilena y dijo que si bien hay interés de las autoridades bolivianas y abogados de la parte boliviana en conseguir su liberación, los esfuerzos “no son los suficientes”.
“Es injusto lo que se cometió, nosotros no tenemos mucha plata para viajar y debemos esperar la voluntad de las autoridades de la Cancillería, el mismo Gobierno. Nos dijeron que estaban contratando a los mejores abogados y todo, pero parece que no están haciendo nada”, exclamó preocupado.
PEDIDOS
Ambos familiares piden a las autoridades de la Aduana Nacional que les pague el pasaje para ir a visitar a los recluidos en Alto Hospicio por el costo alto que significa ir a ver a los bolivianos. Piden que costeen al menos dos viajes por mes.
“No necesitamos ir en avión, podemos ir por tierra, pero que nos ayuden en eso y vean la manera de llevarnos. No es fácil como madre tener un hijo en cárcel y mucho más cuando está lejos”, dijo la mamá de Carl Luis Guachalla, quien dijo que en cada visita gasta al menos Bs 1.000 ida y vuelta.
Por su parte, el padre de Bryan Quenallata pidió una nueva reunión con el presidente Evo Morales. “Queremos volvernos a reunir con el Presidente, ahora que regresó de Cuba, nos preocupa que no salgan libres. Ellos no son delincuentes”, repudió.
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