Fábula
En el país cuyo nombre conozco, pero no quiero repetirlo, el clima es frígido por su altura sobre el nivel del mar y también por su cercanía a un gran nevado de angulosa figura elevada hacia un azulado y límpido cielo.
En este lugar existe una gran variedad de habitantes y pese a la frigidez del suelo, en su escasa arboleda viven muchos búhos pensadores que emiten ideas y sugerencias en algunos medios de comunicación escritos e independientes.
En ese ambiente, los perritos, gatitos y ratoncitos que, como relatamos en una anterior fábula, transcurren su existencia bailando, haciendo huelgas, bloqueos de calles y desfilando, no tienen tiempo ni interés para leer esos comentarios analíticos sobre la realidad del lugar.
Esos grupos de criaturas de Dios que en su mayoría subsisten trabajando en toda clase de ocupaciones, honradas unas y otras no tanto, curiosamente “no disponen de tiempo” y no leen (por diversos motivos) lo que escriben los búhos pensadores.
Y así, entre bailes, jolgorios y desfiles conmemorativos hasta por el nacimiento de una pulga, esos habitantes del país cuyo nombre no quiero repetirlo, desarrollaban su existencia sin analizar lo que ocurría a su alrededor; porque además, debido a la momentánea bonanza económica por la venta de sus recursos naturales, recibían toda clase de bonos y ayudas en billetes “nuevecitos” y sin doblar.
Y como se podrá deducir, esa situación ocasionaba poca o ninguna preocupación por la lectura en unos y la no creación de fuentes de trabajo en otros, que tenían (o tienen) la responsabilidad de ordenar o reordenar la situación del lugar montañoso donde viven los perritos, gatitos y ratoncitos bailadores, “huelgueros” y “desfilantes”. Y toda esa situación era observada muy atentamente por los búhos pensadores que escribían y comentaban esos hechos en los medios de comunicación.
ENTREVISTA CON UN BAILADOR
Planteada así la situación, un día en que se realizaba una de las más de 365 “entradas” folklóricas anuales del lugar, un reportero de TV entrevistó a uno de los alegres bailadores y más o menos esta fue su respuesta:
-No nos preocupamos de nada, señor periodista; lo único que nos interesa es que “haiga” plata, mucha plata y listo.
El sorprendido comunicador social se retiró del lugar mientras el bailador hizo lo propio saltando, demostrando sus habilidades y moviéndose al compás de “nuevos pasitos” inventados en esos días.
MORALEJA
¿Para qué? ¿Con qué motivo?, emitir moralejas ante estas situaciones es perder el tiempo. Es “arar en el mar”, como dijo el señor Simón Bolívar unos días antes de su muerte, palabras que se adaptan perfectamente a nuestra realidad.
“Esa es nuestra idiosincrasia”, dicen muchos… ¿será?
Entonces, frente a este panorama, sólo nos queda repetir las palabras de un intelectual boliviano: “Dios se apiade de Bolivia”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |