Una huelga general a realizarse hoy desafía las reformas del gobierno del presidente Michel Temer, ya que los sindicatos lograron el apoyo a la protesta de la Iglesia y de algunos aliados políticos del mandatario brasileño, hundido en las encuestas.
Lo que valía en 2013 para el gobierno de Rousseff también vale ahora para Temer. La convocatoria de huelga es un examen decisivo que puede marcar el futuro de un Presidente que en sus nueve meses en el cargo se ha enfrentado a una carrera de obstáculos de la que, por ahora, ha salido afectado.
La última encuesta de opinión conocida esta semana, del instituto Ipsos, señala que apenas el 4% de los brasileños apoya al gobierno de centro derecha.