La COB y la defensa de los trabajadores campesinos

En Bolivia el 1ro. de Mayo está destinado a festejar a los trabajadores intelectuales y manuales de los centros urbanos y no así a los trabajadores de las aéreas rurales, cuyo esfuerzo es destinado a roturar la tierra para cubrir la demanda de alimentos de los bolivianos.

Precisamente en la Revolución de Abril de 1952 se estableció festejar también en ese día a los trabajadores del agro, con todos los derechos ciudadanos, en tanto que ahora, el gobierno retornando al pasado colonial los considera como comunidades indígenas, a las cuales está manejando para fines políticos de su conveniencia.

El 17 de abril de 1952 se fundó la COB con la participación de los trabajadores mineros, trabajadores manuales e intelectuales y representantes campesinos, lo que suponía que éstos también formaban parte de esta entidad matriz del movimiento obrero.

Para atender los temas referidos a la clase campesina se creó el Ministerio de Asuntos Campesinos. La COB orgánicamente en su ampliado nacional incluyó 3 representantes del sector campesino y 31 representantes de otros sectores laborales.

Dados estos hechos, a la COB le corresponde asumir defensa de los trabajadores campesinos y consecuentemente lo que significa la verdadera revolución campesina.

Sobre este particular, el vicepresidente García Linera en oportunidad de entregar títulos agrarios expresó equivocadamente, con deseos de cautivar electoralmente a la comunidad allí reunida, que esa entrega formaba parte de la revolución campesina efectuada por el gobierno. Esta afirmación no es correcta. Un antiguo pensador griego decía que “la verdad es el reflejo de la realidad” y a esa realidad nos remitimos.

En 2005, al asumir la presidencia don Evo Morales, dentro de su “proceso de cambio” prometió a los campesinos llevar a la práctica la revolución campesina. Trascurren 11 años y el diario vivir y trabajar en las aéreas rurales sigue igual que antes, solamente que de pongos y mozos de la época feudal ahora se han convertido en pongos políticos manejados por “llunkus“ comprometidos con el gobierno.

Las comunidades campesinas en una y otra región del país siguen viviendo en la miseria, con falta de agua potable, luz eléctrica, falta de asistencia médica y carencia de educación.

“La Revolución de la Periferia al Centro” no ha avanzado ni un adarme, dando lugar a la fuerte migración campo – ciudad hasta crear cordones de pobreza en los centros urbanos. ¿Dónde están los establecimientos técnico-agropecuarios para superar sus primitivas formas de trabajo? ¿Dónde está la energía eléctrica que alumbre sus noches de descanso, las cuales son solamente alumbradas por velas hechas por ellos mismos? ¿Acaso en las áreas campesinas del Altiplano no se sigue durmiendo en camas de adobe y en los llanos orientales en camas de dura madera extraída de los bosques? Su alimentación es de subsistencia con lo que ellos mismos producen. ¿Acaso cientos de niñas y niños no tienen que caminar kilómetros para llegar a las pocas escuelas? ¿Dónde está la aplicación preventiva de las grandes heladas, disminución de sequias e inundaciones?

No es que la revolución campesina de carácter civilizado sea difícil de aplicar, sino que intereses subalternos de tipo político están dando lugar a su indiferencia y falta de planificación metodológica entre gobierno, gobernaciones y municipios. Evidentemente, ahora se entrega algunas obras como mercados, canchas de fútbol, tinglados, algunos establecimientos educativos y sanitarios, pero se lo hace por muestreo, en algunos lugares y éstos tienen el sello discriminativo para efectos políticos de interés electoral.

Ahora a la COB le corresponde la gran responsabilidad y el duro trabajo de luchar por los derechos de los trabajadores campesinos exigiendo al gobierno elaborar estrategias, planes y programas globales, sustentables en el tiempo de carácter departamental y sub-regional con sujeción a sus características terrígenas, ambientales y socio-culturales.

Hoy se tiene en la COB dirigentes plenamente convencidos de su rol histórico e ideológico para defender los derechos obrero-campesinos, bajar a las bases para regularizar su estatus orgánico, conocer sus necesidades y luchar por ellas.

Nuestros hermanos del campo sean esos aymaras, quechuas, chimanes, apoleños, mosetenes, mojeños, tacanas, chiquitanos, guaraníes o tupi guaraníes, si bien fueron marginados en sus derechos, ahora tienen en la COB la entidad rectora que los defienda. Con ellos también celebrar todos los primeros de mayo. ¿Acaso su vida y su trabajo de sol a sol deben seguir siendo una cruz clavada a su destino?