Menos inversiones y “colchones” financieros

La economía en general del país registra indicadores negativos que pronostican un futuro poco optimista, según datos estadísticos de medios oficiales, como el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Banco Central de Bolivia (BCB), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras entidades financieras.

La información inmediata más preocupante es el descenso de las Inversiones Directas Netas durante el pasado año, según el BCB. Este instituto publicó en un documento (Avance de Cifras del Reporte 3 de Balanza de Pagos y posición de Inversión Internacional, enero-diciembre de 2016) que, en términos generales, el año anterior las inversiones cayeron en un cuarto en relación con el 2015.

Con más precisión, el dato estadístico (que es una revelación) indica que mientras en el año 2015 Bolivia recibió inversiones solo por 554.6 millones de dólares, el año pasado recibió 144,5 millones de dólares menos, o sea solo alrededor de 400 millones de dólares, suma, además, insignificante para las necesidades del país.

La información oficial agrega que los dos sectores más importantes del país fueron objeto de reducciones en las inversiones, pues en hidrocarburos la inversión cayó en 44,5 por ciento, es decir la mitad, mientras en materia minera el problema fue más agudo, ya que el derrumbe inversionista se desplomó en 77,2 por ciento, o sea casi dos tercios. En efecto, las inversiones en minería solo alcanzaron a cerca de 50 millones de dólares.

Mientras esos índices negativos se presentan en los sectores de hidrocarburos y mineros, hubo pequeñas inversiones en renglones secundarios, como en comercio al por mayor y menor, reparación de automóviles, intermediación financiera, y servicios inmobiliarios y alquileres.

A los datos poco optimistas anteriores se debe agregar que el PIB cayó el año pasado por tercera vez, sin que existan esperanzas objetivas de recuperación en este año. De otro lado, en 2016 el desempleo subió al 4,1 por ciento, o sea la tasa más elevada desde el 2008. Entre tanto, las reservas internacionales (RIN) cayeron en un tercio, es decir de 15 mil a 10 mil millones en 2016, aunque el Banco Central afirmó que “el país todavía cuenta con importantes “colchones” financieros donde caer.