En franca imitación de lo que hizo Jesús como demostración de servicio que es amor, el Papa Francisco, el Jueves Santo, en una cárcel de Roma lavó los pies a doce reclusos. Expresó que lo hacía en señal de que es preciso servir y amar, que todo servicio debe ser muestra de caridad y entrega al prójimo, que el lavado de pies no es ya un acto humillante que realizaban los esclavos antiguamente al lavar los pies cansados de sus jefes, sino que es, simplemente una muestra de amor que es preciso practicar no lavando los pies ajenos sino practicando virtudes y valores a favor de los demás; que al hacerlo se siembra amor y servicio.
Exhortó, en su homilía de Jueves Santo, a que la humanidad aprenda de Jesús a servir mediante el servicio, a amar considerando los derechos de los demás, amar en actitud constructiva y que permita superar situaciones difíciles. Consciente de los tiempos en que vive la humanidad con guerras y enfrentamientos, el Papa cree que solamente el amor puede liberar al hombre de situaciones en que se demuestra falta de amor que se troque en servicio.
Señaló que él, como pastor supremo de la Iglesia, considera “servir para sembrar amor”. Su mensaje fue dirigido seguramente a quienes conforman los círculos más cercanos a él y desparramados en todo el mundo, para que actúen en planos de humildad y entrega -conductas que están muy lejos de practicarse- a las causas justas, a conseguir que el hombre sepa perdonar y tenga caridad consigo mismo y con su prójimo.
La Iglesia, desde que Jesús envió a sus discípulos a diversos sitios, les encomendó que prediquen su palabra, que hagan que los diez mandamientos de la Ley de Dios sean acatados; les pidió que, como un nuevo mandamiento, amen a su prójimo como a sí mismos. Muchas veces estas misiones no han sido cumplidas del todo y hay veces en que algunos obispos, sacerdotes y religiosas desoyen esos principios y actúan en papeles que no les corresponde y que están muy alejados del principio de amar a los demás como Cristo amó a quienes creía que podían ser el principio de unidad y servicio en todo el mundo.
La soberbia, inicio de todos los males, no ha sido ajena a quienes hicieron votos de pobreza, obediencia y castidad; y son males que han sido practicados en perjuicio de muchas personas en todo el mundo; faltas que no han sido debidamente penadas y que en su repetición han causado más daño y, con todo ello, perjudicado a la Iglesia porque muchos de sus feligreses o militantes han abrazado otras iglesias que, aunque cristianas, han desviado muchas veces los principios del catolicismo y han conformado iglesias más acordes con lo que creyeron que es lo correcto para conseguir la salvación.
El Papa implora de la humanidad amor y servicio; busca que todos actuemos en planos de fraternidad, unidad y concordancia con virtudes que deben acrecentarse con el tiempo y su práctica permanente.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |