• Más de 500 niños y niñas participaron de la prueba en diferentes categorías.
Con la participación de más de 500 niños con capacidades diferentes divididos en varias categorías, se llevó adelante la séptima carrera pedestre “Quiero vivir mis derechos sin violencia”, organizada por la Asociación “Wawanakan Kusisiñapa” (La alegría de nuestros niños) de la Diócesis de El Alto.
Una de las principales organizadoras del evento, María Nina, señaló que, como todos los años, en esta actividad no sólo participan los niños, sino también los padres de familia, aunque de manera indirecta, quienes están inmersos dentro de todo lo que realizan los menores mientras compiten representando a diferentes instituciones a las que pertenecen.
La actividad fue realizada en la zona Villa Bolívar “D”.
CATEGORÍAS
Las categorías en las que participaron los representantes de las diferentes instituciones fueron ‘A’ y ‘B’ en niños y niñas de tres años; ‘A’ y ‘B’ niños y niñas de cuatro años; ‘A’ y ‘B’ niños y niñas de cinco años; además de pequeños especiales, quienes recorrieron una distancia de 150, 200 y 250 metros respectivamente.
“Lo que nosotros hacemos todos los años es darle una oportunidad a todos niños y con prioridad a los niños especiales. De esta manera queremos incentivarles a que practiquen no solo el atletismo, sino otras disciplinas, y con prioridad este deporte que es la base de otras especialidades”, explicó una de las principales organizadoras, del evento María Nina.
La actividad se realizó en uno de los carriles de la Doble Vía a Viacha. El Municipio otorgó la vía de ida hacia La Ceja desde el inicio del alambrado, en las inmediaciones de la construcción de la Terminal Bimodal, hasta el surtidor San Pablo, durante la mañana del viernes pasado.
Las instituciones que tuvieron sus representantes en las diferentes categorías pertenecientes a los centros infantiles de la Diócesis de El Alto, no solo realizan este tipo de actividades deportivas, sino, de la misma forma, tienen trabajos en favor de la niñez de dichas instituciones, para lo cual los mismos se realizan en coordinación con los padres de familia de cada uno de los niños.
“El agradecimiento a la Diócesis de la ciudad de El Alto, porque nos da la oportunidad de que nuestros niños puedan tener la posibilidad de practicar no solo deporte sino realizar varias otras actividades que mejoran la vida de tantos niños que pertenecen a las diferentes instituciones, especialmente a nuestros niños con capacidades diferentes”, señaló la organizadora.
DIÓCESIS
La Diócesis de El Alto, a la cabeza del obispo de esta ciudad Eugenio Scarpellini, coadyuva este tipo de trabajos con la población más vulnerable. Las entidades son atendidas por medio de obras sociales de la Iglesia, especialmente aquellos que carecen de apoyo de las instancias estatales o privadas, en la superación de la situación de vulnerabilidad.
La población que recibe el beneficio va desde niños a adultos en desventaja social de la urbe alteña y las provincias rurales que pertenecen a la Diócesis. Trabajan tanto en el fortalecimiento institucional de las Defensorías de la Niñez y Adolescencia, como en la formación de los adolescentes en base de un programa de paternidad responsable.
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