El nacimiento y desarrollo del sonido grabado

El fonógrafo fue inventado por Thomas Alva Edison en 1877, y fue patentado el 19 de febrero de 1878, siendo la primera máquina capaz de grabar y reproducir el sonido. El sistema funcionaba por medio de un transductor acústico mecánico que vibraba al llegar las ondas sonoras. A su vez, éstas movían un estilete que repujaba unas ranuras sobre un cilindro de cera sólida. Inicialmente estos cilindros eran de estaño y de cartón parafinado. Para escuchar la grabación simplemente se retrocedía y el sistema reproducía las ranuras que quedaron en el cilindro. Su finalidad era facilitar los dictados en las oficinas.

Esta forma de registrar el sonido en un cilindro fue una novedad en esos tiempos, surgieron varias empresas que comenzaron a fabricar estos aparatos en serie para comercializarlos. Entre ellas la Columbia Phonograph Company, que con el pasar de los años se convertiría en la Columbia Broadcasting Sistem y que después se la conoció como la CBS. En el transcurso de sus investigaciones, Edison había ensayado también la grabación del sonido en una superficie plana de forma circular hecha de cartón o en papel de estaño y que giraba sobre un espiral. Le dio el nombre de plato, pero desechó este sistema porque vio mejores posibilidades en el cilindro.

Surgió entonces Emile Berliner, que había trabajado con Graham Bell y había conocido el plato de Edison, y desarrolló este sistema, lo perfeccionó y lo patentó con el nombre de disco, así como también la forma de reproducirlo partiendo de un original.

Mientras tanto, Edison empezaba a comercializar los cilindros vírgenes de cera. La grabación de estos cilindros, implicaba una tarea de tremendo esfuerzo, pues debía grabarse uno por uno. Es decir, el artista debía cantar o tocar tantas veces cuantos cilindros quisiera grabar. Posteriormente consiguieron grabarlos en serie a partir de una matriz.

Berliner se asoció entonces con el industrial Eldrige Johnson y fundaron una empresa en 1902: la Victor Talking Machine Company. Mejoraron los aparatos de Edison y Bell y lo patentaron con el nombre de gramófono. Los vendían a $us. 525.- Johnson compró entonces al pintor Francis Barraud los de-rechos de reproducción del cuadro que se convertiría en la imagen de marca más famosa de la industria fonográfica: el famoso Perro el célebre perro Nipper frente al gramófono de Berliner “oyendo la voz de su amo”, y comenzaron a comercializar el disco, grabando solamente en una de las caras. Fundaron otra empresa en Inglaterra y Johnson se instaló en Europa tratando de extenderla.

Le hizo innovaciones al gramófono de Berliner y produjo la VITROLA. Esta empresa se convertiría años después en la EMI y la que funcionaba en Alemania llegaría a ser la actual Deutsche Grammophon.

Por otro lado, la Odeón Record Company, inventó la grabación del disco en ambos lados o caras. Innovación que la Víctor no aceptó inicialmente sino hasta 1923.

En 1905 el gramófono comenzaba a imponerse comercialmente y el disco se había impuesto al cilindro. La Víctor amplió su industria en los Estados Unidos y la Columbia se extendería por Latinoamérica. En México, esta empresa ya hacía grabaciones en el año 1908, en Argentina en 1913, y surgen muchas empresas discográficas en todo el mundo.

Pero el invento que realmente influyó en el desarrollo de la música grabada fue el gramófono, fue desarrollado por Emile Berliner y, a diferencia del fonógrafo, la música se grababa y se reproducía en un disco plano. Dada la mejor calidad sonora de este soporte, se impuso dentro de la emergente industria discográfica.

A finales del siglo XIX, un gran crítico musical recibió con entusiasmo la aparición de la “pianola”, un piano mecánico que tocaba gracias a un rodillo de papel, que llegó a ser muy popular, pero ignoró el gramófono, considerándolo un “juguete de ricos”, puesto que en la época los discos eran carísimos.

Las primeras grabaciones eran hechas acústicamente en su totalidad, se capturaba el sonido con una bocina y se enviaba a un diafragma, este hacía vibrar a la aguja cortadora. Los rangos de sensibilidad y frecuencia eran muy pobres, además de que la respuesta de frecuencia era muy irregular, esto resultaba en una calidad tonal instantáneamente reconocible de las grabaciones acústicas. El cantante tenía que poner su cara sobre la bocina. Los instrumentos más silenciosos de una orquesta, como los violonchelos y los contrabajos, tenían que ser reemplazados con instrumentos de viento más audibles como las tubas. Los violines estándar en los conjuntos orquestales se reemplazaban con violines Stroh que se volvieron populares en estudios de grabación.

La mayoría de los grandes directores de orquesta de la primera mitad del siglo XX odiaban grabar, aquellos discos tenían sólo duración de cuatro minutos. A comienzos de los años 20 sólo se había grabado en disco una sinfonía, la Quinta de Beethoven, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Berlín, que se había lanzado al mercado en 1913 en ocho discos.

Durante la primera mitad de la década de 1920, ingenieros de Western Electric junto con inventores independientes como Orlando Marsh, desarrollaron cierta tecnología para capturar sonido con un micrófono, amplificándolo con tubos de vacío, y posteriormente, usando la señal amplificada para mover un cabezal de grabación electromagnético. Las innovaciones de Western Electric dieron como resultado una respuesta de frecuencia expandida y más uniforme lo que hacía que el sonido grabado sonara más natural, clara y llena. Sonidos silenciosos o distantes que eran imposibles de grabar con el método viejo se habían vuelto capturables. La primera grabación de música clásica fue una improvisación de Chopin y Litanei de Shubert por Alfred Cortot para Víctor.

La grabación y la reproducción del sonido se hacían con sistemas acústico-mecánicos. La reproducción del sonido era aún muy deficiente y aun así, las pianolas y las victrolas se imponían fácilmente en el mundo.

Otras empresas que lo producían trabajaban secretamente, tratando de involucrar tanto en la grabación como en la reproducción del sonido la maravilla de la electricidad, esfuerzos que tuvieron éxito en 1925. A partir de este año, se inicia la grabación eléctrica. La bocina grabadora y amplificadora del gramófono, su diafragma y su aguja fueron reemplazados por un micrófono condensador, un tubo amplificador y un brazo fonocaptor con una aguja electromagnética. Por supuesto que la calidad de la grabación fue considerablemente superior a la que se había logrado con el sistema acústico-mecánico.

La historia adjudica el mérito de la primera grabación eléctrica a la Víctor Americana, pero también se afirma que un mes antes lo había logrado la Columbia. En 1926 se fijó la velocidad del giro del disco en 78 revoluciones por minuto. (Se estaban haciendo en 80 rpm). Edison logra por esta época producir un disco de microsurco que podía retener más contenido pero, no aceptó las 78 r.p.m, y lo produjo en 80, pero no tuvo ningún éxito. En 1931 la RCA produjo otro disco con mayor duración grabando en 33 r.p.m., pero no pu-dieron comercializarlos. Es en 1948 cuando la industria química consigue desarrollar un nuevo plástico, el cloruro de polivinilo, en el cual se reducía al mínimo el ruido de la superficie. La Columbia lanzó entonces el primer long-play, externamente idéntico al de 78 r.p.m pero con una duración más extendida en 33 1/3 r.p.m. Entonces la RCA instauró el disco pequeño de 45 r.p.m, y en enero de 1950 lanzó los primeros discos de larga duración.

Con el desarrollo de la música de aquella época y especialmente del bolero y otras formas musicales; llegó a alcanzar su apogeo en la década de 1940 al 50.

En el siglo XX surgieron varias formas de grabación, desde la aparición de los discos de 78 y de 33 r.p.m, y los reproductores como los tocadiscos, grabadoras de carretes, el cassette, pasaron a ser historia y objetos para coleccionistas. La tecnología digital, el rayo láser en muy pocos años cambiaron el panorama musical hacia el CD y al Video Disco, al Mini Disc, hoy en día se cuenta con modernos sistemas de reproducción y almacenamiento, el futuro es impredecible.