Entre los tantos privilegios que tiene Bolivia y que no sabemos aprovecharlos o apreciarlos, resulta que es el sexto país del mundo con diversidad de aves, de acuerdo con estudios de especialistas nacionales, quienes ahora se proponen promover el aviturismo.
Es decir, publicitar en el exterior que en el país se puede gozar de ver más aves de distintas características y condiciones, aunque el solo hecho de que sean tales es ya un motivo de gozo y de orgullo nacional.
Hasta ahora no podemos imaginar cómo es posible que seres vivientes que caminan por los suelos, como nosotros lo hacemos, tienen la facultad de alzar vuelo y volar. Es una belleza verlos en esos trances, y por qué no decir que ocasionan envidia.
Ver volar a aves de tan distintos colores, tamaños y virtudes causa verdadera emoción y, por supuesto, que constituyen un espectáculo.
Si bien en las ciudades, dependiendo de sus temperaturas y características, varían las especies, en unos casos con mayor vistosidad que en otros, pero en conjunto suscitan admiración, aparte de gozar de una vecindad que, sin duda, unánimemente las aprecia y, en lo posible, es dable proporcionarles alimentos y agua.
Las aves son un regalo de Dios, porque nos permite admirarlas y quererlas. Tener, por ejemplo, en los hogares parabas, loros, canarios, chaiñas e inclusive, en casos, pájaros que ciertamente son ariscos a “contaminarse” con seres humanos, pero no faltan también aquellos que se habitúan a buscar su comida y agua en los jardines y aceras de barrios que son de mayor hospitalidad para ellos, sin que por eso pierdan su libertad.
Bolivia, además, es uno de los pocos países o quizás casi único donde hay cóndores y águilas, que son aves de mayor tamaño y volumen. Extrañamente, están habituados a vivir en las alturas y, más todavía, son habitantes privilegiados de las cumbres cubiertas de nieve.
La revelación de que el nuestro es el sexto país del orbe con más diversidad de aves la hizo el director científico de la Asociación Boliviana Armonía, Sebastián Herzog, al que le resulta sorprendente y hasta increíble que después de varios años de investigación se estableció que en el territorio nacional habitan nada menos que 1.435 especies de aves.
Esta información es todo un acontecimiento para el país y el mundo, por lo que corresponde reconocer el mérito y distinción a los que se hace acreedor el investigador Herzog.
Este aspecto adquiere mayor relevancia cuando indica que en la investigación participaron también los investigadores estadounidenses Ryan S. Ternil, Alex E. Jahn y J.V. Remsen, el inglés Aidan Macconmick, el escocés Ross McLeod, el argentino Julián Q. Vidoz y los bolivianos Víctor García-Soliz y Oswaldo Maillard.
Lo máximo que podemos hacer en esta columna es expresar la gratitud de los bolivianos por el interés que los nombrados tuvieron para trabajar con los investigadores nacionales y cumplir una tarea tan valiosa y significativa, como es haber llegado a realizar una hazaña con sus similares bolivianos para determinar que el país posee casi un millar y medio de aves de diferentes especies.
Todos ellos merecerían una distinción y homenaje especial de las autoridades y de las instituciones públicas del país por efectuar un esfuerzo de tanta magnitud y valía para acreditar que Bolivia tiene otro gran motivo para atraer turismo externo.
Es adecuado decir que los visitantes no lograrán ver tanta cantidad de aves, pero sí pueden gozar de hacerlo yendo a sitios selváticos que existen en gran parte del territorio patrio, empezando por La Paz, que tiene en su espacio nada menos que el Madidi, uno de los grandes espectáculos de la naturaleza, partiendo por la vegetación, los ríos y las aves, que proliferan en sus alturas.
No hay pretexto para los bolivianos que no saben cómo visitar los lugares donde pueden regalar a su vista tanta belleza y emoción, pues resulta que en el país operan por los menos casi media docena de empresas dedicadas a conducir a los lugares más apropiados para ver cientos de aves de distintas especies.
A propósito, el embajador de Suiza, Roger Denzer, puso énfasis al expresar que Bolivia es el único de los 15 países “megadiversos” que ahora dispone de un libro ilustrativo acerca de las aves. Añadió que uno de sus datos refiere que en un viaje de tres semanas por el territorio nacional un observador tuvo el privilegio de ver al menos 700 especies. “Es increíble y algo único, añadió.
La edición del libro tuvo el financiamiento de la Cooperación Suiza. De los textos, 1.300 son en idioma inglés y 1.200 en español.
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