Erick Jeant Millares Luna
Según datos censales de 2014, del Viceministerio de Defensa Social y Sustancias Controladas, la Red Nacional por la Defensa de los Niños, Niñas y Adolescentes establece que a nivel nacional 3.768 personas viven en la calle. Estos grupos sociales, por reportes policiales, generan sensación de inseguridad en la población. En la ciudad de La Paz, de acuerdo con el mismo informe, se registra a 726 personas, entre adultos, niños, y adolescentes de ambos sexos, mientras que en El Alto, para ese mismo año, la cifra llegó a 1.071 personas. La población continúa demandado mayor control a instancias policiales, para evitar que dichos grupos sociales pululen en calles, plazas, parques, generando incertidumbre e inseguridad ciudadana para transeúntes y, sobre todo, grupos sociales vulnerables (niños, adolescentes, mujeres y ancianos).
Estas personas tienen un elemento coincidente para estar agrupadas, como es el consumo de alcohol y drogas, sobre todo inhalantes (clefa, tiner), recorren diferentes sectores de las ciudades del país, identificados para ellos como los más propicios para conseguir el sustento alimenticio y para mantener su propio vicio, portando generalmente armas blancas, además de estar protegidos con algunos canes adiestrados, para evitar ser amonestados o, en el peor de los casos, para cometer delitos de robo, en contra de los transeúntes.
En varias ocasiones, la rápida y oportuna intervención policial logró la aprehensión infraganti de estos sujetos, logrando restituir objetos sustraídos y conducirlos a dependencias de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc). Pero la autoridad fiscal en vista de la inexistencia del denunciante, la devolución del objeto sustraído y la condición propia del indigente o bebedor consuetudinario, dispuso su libertad inmediata, devolviéndolo a las calles, generando un problema social latente, el cual debería ser atendido por políticas de Estado y atendido por instancias competentes tanto a nivel departamental como local, para la construcción de centros de rehabilitación y recuperación de la persona, equipamiento y personal acorde, que permita una adecuada reinserción social.
No es menos cierto que al transitar las calles de nuestras ciudades, a vista y paciencia de las autoridades responsables de solucionar esta problemática, estas personas se drogan, inhalan, consumen alcohol, pernoctan y hasta hacen sus necesidades, se han apoderado de espacios urbanos y convirtieron los recintos donde funcionan los cajeros automáticos en dormitorios.
Asimismo no está demás hacer recomendaciones que permitan prever situaciones difíciles o el ser víctimas de estos sujetos, que transitan por las diferentes zonas de las ciudades. Es fundamental el evitar acercarse con cualquier motivo a estos grupos, cuando se encuentran consumiendo alcohol o drogas, no llamar la atención o increpar por algunas de sus conductas, porque podrían estar armados. Cuando esté circulando evite encontrones y cruce a la acera de enfrente o dé marcha atrás y busque otra vía para llegar a su destino, mantenga cerradas las ventanillas y aseguradas las puertas de su vehículo en las paradas momentáneas y en los semáforos, no abra las ventanillas ni detenga su vehículo, priorizando su seguridad y la de su familia.
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