Relaciones más que todo políticas

Chile hasta el momento mantiene con respecto a Bolivia, en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, un accionar netamente político, lo que perjudica intereses bolivianos. El político chileno Sebastián Piñeira aprovecha el momento preelectoral que vive este país para plantear un retiro de Chile del Pacto de Bogotá, ante las actitudes del Perú y Bolivia, en la CIJ. Así lo hace entender la actual mandataria chilena Michelle Bachelet, manifestando que su país es soberano y nadie puede obligar a Chile a adoptar posiciones contrarias a sus principios.

Por lo que se ve, lograr una salida al mar para Bolivia se hace más difícil cada día. Recordemos que en 1975, cuando gobernaban los dictadores militares de Chile y Bolivia, Augusto Pinochet y Hugo Banzer, se produjo el abrazo de Charaña en la frontera, cuando con el Plan Cóndor se eliminaba comunistas.

Parecía un coloquio favorable a Bolivia, pero en los hechos fue un rudo golpe a las pretensiones bolivianas, ya que el Gral. Pinochet ofreció ceder 50 Km de costa en Arica a cambio de territorio boliviano. Esta actitud chilena dejó sin respuesta al Gral. Banzer, lo que significaba una negativa, fracasando la reunión de los dictadores y dejando un interrogante decepcionante, porque lo único que se consiguió fue la interrupción de relaciones, por el desvío del río Lauca.

Así desapareció la posibilidad de salir al mar, por la intolerable posición chilena de tratar de conseguir ventajas. Este hecho nos hace ver que tenemos un camino difícil para conseguir una salida al mar, doblegando la posición diplomática de Chile. Entonces el camino debería ser tratar con ellos. Por táctica a Bolivia no le conviene el enfrentamiento político, sino el diplomático y esta actitud debió haber tomado la Cancillería boliviana en el conflicto suscitado en la frontera con Chile, que derivó en la detención de bolivianos. En el momento actual, estamos en posiciones políticas diametralmente opuestas: Bolivia por un lado, con un gobierno socialista y con nexos con China y Rusia y Chile alineado con gobiernos democráticos, entre ellos EEUU, lo que significa un desfase político. Por ello, el problema marítimo se complica.

La posibilidad de un conflicto bélico está lejana, porque los organismos internacionales tienen el control en cualquier parte del mundo.

Las conversaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia pueden seguir después del fallo de la CIJ y lo que esperamos los bolivianos es conseguir un triunfo diplomático en La Haya.

Es importante considerar que la mandataria chilena Michelle Bachelet inicialmente en su gobierno tuvo una posición de acercamiento con Bolivia, planteando la Agenda de 13 puntos para efectuar conversaciones sobre el problema boliviano. Posteriormente vinieron los enfrentamientos verbales, cuando Bolivia planteó la demanda en La Haya, lo que endureció la posición chilena, provocando el distanciamiento de las respectivas cancillerías.

Bolivia espera con optimismo un fallo favorable en La Haya, pese a las diferencias políticas.

El autor es profesor emérito y ex-autoridad universitaria de la UMSA.