Es demás conocido que un aumento de circulante en el mercado determina, en forma automática, el alza de precios de los artículos de consumo directo de la población. Ese fenómeno económico es producto de la vigencia de la ley de la oferta y la demanda, vale decir que a mayor dinero en manos del público, los precios de alimentos, ropa, etc. suben en proporción directamente proporcional al crecimiento de la masa monetaria en poder del público.
Ese fenómeno inflacionario podrá ocurrir con motivo del reciente aumento del 7 por ciento al salario del sector obrero, pagable en forma retrospectiva a enero y la fijación del nuevo nivel del salario mínimo. Es por demás sabido que la inflación es la presencia, en los mecanismos circulatorios, de una masa de papel moneda sobrante en relación con las necesidades de circulación de las mercancías, equilibrio que se rompe cuando la masa monetaria aumenta sin el respaldo necesario.
La reciente alza salarial significará una inyección de moneda en el mercado de alrededor de 600 millones de dólares. De ese total la empresa privada deberá aportar 319 millones de dólares y el Estado una suma aproximada, lo cual significa una inyección de moneda considerable a la masa monetaria mientras la producción de mercaderías se mantiene sin subir o tiene tendencia a caer.
En esa forma, una elevación de salarios exagerada y en momentos de crisis económica derivada de presiones internas y externas, tendrá ese efecto, sin contar que a fin de este año, la tambaleante economía tenga que pagar el doble aguinaldo como se tiene anunciado.
Pero, sin analizar esos puntos, los empresarios han señalado que dicha alza originará más desempleo (que, como informó el INE, subió al 4,1 por ciento el año pasado, la tasa más elevada desde hace nueve años), mientras la mora financiera se incrementó, bajan las inversiones y serios pronósticos anticipan que el crecimiento económico del país (PIB) será solo del 4 por ciento, datos que, en general, permiten augurar meses próximos más difíciles.
Para completar una situación poco optimista, un aspecto que crea incertidumbre en los medios económicos es la corrupción en medios estatales, donde se denuncia actos ilícitos de creciente magnitud. Es más, a pesar de las proclamas de lucha contra ese problema, a diario se descubre actos ilegales de nivel nunca conocido en el país, los que son siempre de mayor tamaño que los anteriores y que al parecer son objeto de la indulgencia y complacencia oficial.
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