El muro de los lamentos

No voy a hablar del sagrado muro de Jerusalén (donde los judíos oran y se lamentan), sino de aquellos otros muros donde, diariamente, miles de personas comparten sus penurias, alegrías, esperanzas y decepciones. Me estoy refiriendo a las redes sociales, a la radio y a la televisión.

Si ustedes revisan los contenidos de Facebook, encontrarán de todo: desde comentarios inteligentes y divertidos, hasta publicaciones detestables y desechables.

Pero (por sobre todo) abundan los lamentos: la gente se queja públicamente de haber perdido al amor de su vida, de un resfriado, de los dirigentes deportivos, de lo mal que están las calles, del pésimo servicio de alguna telefónica, de la soledad que sienten, del gobierno, de algunas autoridades, etc.

Los medios convencionales (radio y televisión) también se han convertido en excelentes “muros de lamentos”.

Para tener cierto rating… lo único que hace falta es pedir que la audiencia llame o mande un mensaje para hacer conocer su queja o protesta.

Muchos programas encontraron el éxito abriendo sus micrófonos a los ciudadanos y lamentablemente han convertido “la queja” en un mal hábito que conduce al “inmovilismo” y al “pesimismo”.

¿Qué pasa luego que la gente se queja por Facebook, por la radio o por la TV? Nada… las cosas siguen igual. Las personas que se quejan creen que hicieron mucho, pero en realidad sólo exteriorizaron su descontento… por un momento.

Mejor que asumir el rol de víctimas es asumir el rol de personas proactivas. Mejor que comunicar nuestras preocupaciones es hacernos cargo de lo que nos preocupa. ¡Más que lamentos… necesitamos aciertos!

(*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Asesoramiento y capacitación en comunicación.

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