San Buenaventura, ¿en espera o en producción?

Desde hace varias décadas, la producción de azúcar en San Buenaventura es preocupación casi obligada de todos los gobiernos y aunque se ha emitido una serie de informes sobre sus “grandes posibilidades mediante los sembradíos de caña” y las inversiones a realizarse, mucho se dijo sobre sus posibilidades, pero hay que convenir en que finalmente en los últimos años se avanzó algo y se ha logrado la instalación de maquinaria y equipos que permitan la producción de azúcar y alcohol.

La producción lograda, según informes oficiales de la empresa a cargo del ingenio, habría sobrepasado los 100.000 quintales y que las “probabilidades de una mayor producción están sujetas a que se logre el suficiente caudal de caña porque los sembradíos actuales no permitirían cubrir la capacidad de las instalaciones habidas”. Mayormente, no se ha dado informes pormenorizados y no se conoce a cabalidad en qué estado se encuentra la planificación del trabajo, qué posibilidades inmediatas y mediatas tiene, qué cantidad de caña se precisa para cubrir sus necesidades, cuánto de caña se cultiva y cosecha en la misma región, cuánto habría que conseguir de otros sitios; en fin, hay muchas informaciones distorsionadas que no explican con la seriedad debida.

La Paz se encuentra pendiente de que San Buenaventura funcione y cumpla con los planes formulados y justifique la instalación industrial que se hizo. Muchas veces en el pasado se alegó que “otros ingenios no verían bien que La Paz tenga un ingenio azucarero”, información que no tenía ninguna seriedad y que los mismos ingenios que funcionan desde hace mucho tiempo, han desmentido porque ellos consideran que una “sana competencia que arroje mayor producción de azúcar es conveniente y necesaria”. Lamentablemente, muchas veces han surgido intereses creados que han puesto trabas a que San Buenaventura funcione efectivamente.

Ahora, la población paceña y del país en general, querría saber si el Ingenio Azucarero de San Buenaventura está en funcionamiento o en tren de espera para ver posibilidades ciertas de que ingrese en producción efectiva. Se querría saber, además, si los 109 mil quintales producidos ya han sido comercializados y cuál ha sido la aceptación de la población que los ha consumido. Hay muchas preguntas que los directivos de esta empresa deben absolver para salir de dudas y saberse, finalmente, a qué atenerse para el futuro.

Es imperioso entender que la caña, luego de utilizarse para la fabricación de azúcar, como bagazo sirve para producir papel de toda calidad y así lo hace el Perú desde hace muchos años; en otras palabras, el bagazo de la caña puede servir para el logro de muchos artículos, como cartones, cartulinas, papelería de toda clase; también se puede utilizar como abono para la agricultura, etc. Son cuestiones que tanto la empresa como el gobierno deberían tomar en cuenta.