Creciente loteamiento de espacios públicos

• Se ha constituido en otro recurso de la actividad ilícita

Ante el creciente anhelo de la clase media y de sectores populares por disponer de un inmueble propio para mejorar las condiciones limitantes de ser inquilinos, gente inescrupulosa y principalmente la dedicada a las actividades ilícitas han encontrado un excelente negocio apropiarse de espacios públicos, en las laderas y en los cerros de la zona Sur.

Su objetivo es lotear esos terrenos para venderlos casi con caracteres de “pan caliente”, como expresa una locución popular. Y lo hacen sin que haya autoridad que evite la destrucción de la topografía de La Paz, que es el aspecto más atractivo que tiene entre las capitales o sedes de Gobierno en el mundo.

En efecto, por esta circunstancia, es la que más atrae al turismo internacional, porque lo habitual es que las capitales de países sean estructuralmente planas, sin mayores atractivos en su conformación geográfica.

La Paz, en cambio, rompe el esquema. Su urbanización central está situada en una hondonada, rodeada de cerros de distintos colores, lo que acontece con mayor intensidad en la zona Sur.

Aparte, corresponde anotar que La Paz ofrece dos visiones diferentes, una en el día y otra en la noche. Su aspecto diurno se caracteriza principalmente por el verdor y arboledas de sus cerros, lo cual adquiere mayor lucimiento cuando el sol brilla con intensidad y torna a la ciudad con distintas tonalidades de color, en algunos lugares deslumbrantes.

Por todas estas motivaciones hay que detener los loteos clandetinos, que se originan en la delincuencia y los legales. En este último caso, si esos espacios que se lotean son de propiedad privada, debidamente legalizadas, la Municipalidad debería impedir que ello suceda proceder a pagar sus costos, de acuerdo con las regulaciones que seguramente existen, como parte de la administración de la ciudad.

Además, cuando se trata de laderas y serranías, lo legítimo es que sean de propiedad pública y que nadie, a título alguno, tiene la facultad de aducir que es de su propiedad.

En todo caso, la intención de estas líneas no es de ocuparse de bienes de propiedad, sino poner de relieve la belleza que confieren a La Paz sus cerros y cuanto más al natural se encuentre mucho mejor. Empero, no todo tiene que reducirse a la vigencia de la autoridad, sino que la población en general tiene también que cumplir el deber y la obligación que tiene de proteger la ciudad, con mayores justificativos, porque tiene que ser la más interesada en cuidar su hábitat, que por los dones de la naturaleza tiene características tan singulares como son los espacios públicos y, en especial, la belleza de sus cerros.

Y como quiera que los loteos de terrenos atentan contra su configuración topográfica, cuando ello se realizan en los cerros, lo pertinente sea que la Municipalidad adopten los recaudos necesarios, a través de reglamentaciones, completadas con una rigurosa vigilancia y protección para que el negocio de loteos de terrenos no afecten esos espacios, porque constituyen parte constitutiva de sus atractivos topográficos de La Paz.

 
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