Son muchos los problemas que habría que solucionar con miras a superar altos índices de pobreza y subdesarrollo y ello no será posible mientras existan situaciones en que hay diferencias abismales tanto en políticas que antagonizan los diferentes partidos con el de gobierno. Mientras no se superen odios, complejos, revanchismos y discriminaciones como se lo hace desde hace más de once años, será difícil crear condiciones entretanto no haya conciencia de país y se sirva efectivamente a la nación con la práctica de valores y principios que, por su misma naturaleza deben emerger de virtudes.
Todo lo transcurrido en la historia de nuestra República muestra circunstancias en que no se ha podido entender y menos practicar políticas de concordia y unidad, de entendimiento de que los problemas nacionales no sólo afectan al pueblo sino que son decisivas para los gobiernos que no pueden administrar el país por los senderos de desarrollo. Poco o nada se ha entendido la urgencia de la unión entre todos, el superar antagonismos y diferencias, el respetar los derechos de los demás y, sobre todo, el no entender que todos, sin distinción alguna, somos hijos de la misma patria.
Tanto cuanto transcurre el tiempo se hace más necesario conseguir la unidad y tener paz con la misión de trabajar, producir y superar la extrema pobreza que aún flagela a buena parte de nuestra población, vencer a la pobreza de la mayoría del pueblo y pensar en una distribución equitativa y ecuánime de la riqueza, pero con la creación de fuentes que generen producción y, consecuentemente, abran las posibilidades de proveer de empleo a una mayoría de bolivianos que están inmersos en la desocupación o están en las filas del trabajo ocasional, momentáneo, circunstancial y, una buena parte, engrosando -aun sin proponérselo- las largas filas del contrabando y de la economía ilegal que tanto daño hace a la moral y economía del país.
Situaciones de confrontación, desacuerdos, incompatibilidades, desunión y total discordancia entre el gobierno y buena parte de la población se sienten en el diario vivir. No se crean ámbitos de comprensión y concordia porque priman más los intereses de grupo y hasta caprichos y decisiones irracionales de los gobernantes que creen tener razón para todo cuando, en conciencia, saben que no la tienen y están en franca contradicción con la voluntad del pueblo que esperaba, con justa razón, políticas de cambio de conducta y procedimientos que permitan superar viejos problemas arrastrados desde siempre.
El país requiere inversiones, sean nacionales o extranjeras, pero la carencia de un estado jurídico que garantice plenamente esas políticas en reemplazo de simples anuncios o intenciones que no se cumplen, impiden que capitalistas con dinero y tecnología puedan animarse a planificar, proyectar e iniciar la creación de empresas productivas. Lo hecho hasta ahora por el gobierno, en su mayoría ha fracasado, porque se fundaron empresas mal planificadas, peor organizadas y con resultados negativos que no han servido a los fines propuestos.
Es absolutamente necesario que gobierno y oposición se pongan de acuerdo, concilien posiciones y actúen al margen de intereses creados; de otro modo, seguiremos en el mismo círculo de diferencias insalvables. Es preciso entender que el proceso electoral para el año 2019 aún está lejano y cualquier preocupación por los resultados a conseguirse en esa contienda aún depende de muchos cambios que pudiesen ocurrir en más de dos años y que den un gobierno que, atenido a las experiencias pasadas, pueda iniciar el año 2020 un trabajo efectivo haciendo gestión y administrando debidamente el país.
Correspondería, tal vez, una reunión nacional en la que el gobierno, deponiendo complejos y antagonismos, olvidando siquiera momentáneamente los intereses partidarios y en actitud acorde con principios y valores, conjuntamente los partidos políticos, organizaciones cívicas e instituciones privadas renunciando a intereses creados y posiciones revanchistas, decidan un comportamiento acorde con los intereses nacionales. Hay mucho por enfrentar en lo inmediato y mucho para planificar y pensar a futuro; nada puede estar sujeto a lo mínimo, a lo chico e insignificante porque todo lo que corresponde al país es importante, es grande y necesario como son precisos el renunciamiento, los sentimientos de caridad por el bien común y las conductas serenas, constructivas y responsables.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |