Igualdad de oportunidades con educación

Debido a que el clima de negocios involucra a muchos componentes económicos, que requieren de profesionales bien preparados para encarar la demanda laboral futura, es que los organismos internacionales implementan una agenda importante para apoyar al desarrollo del capital humano.

El vicepresidente del Banco Mundial (BM), Jorge Familiar, en la presentación del informe “Momento decisivo: La educación superior en América Latina y el Caribe”, dijo que la solución al problema de desigualdad está en la generación de igualdad de oportunidades.

El documento presentado ayer en México fue elaborado por María Marta Ferreyra, Ciro Avitabile, Javier Botero Álvarez, Francisco Haimovich Paz y Sergio Urzúa. Ellos explicaron los componentes del trabajo y la metodología que utilizaron.

Familiar dijo que es importante ahora trabajar en educación de calidad. Recordó que dos terceras partes de la pobreza se redujo en la región, explicado por la creación de empleos, sin embargo, preocupa al organismo internacional la desigualdad y esta se debe combatir con la generación de igualdad de oportunidades, mediante la educación superior.

"No puede ser que donde nace una niña en Latinoamérica y el Caribe, determine donde va a pasar el resto de su vida; y aquí es donde la educación juega un papel fundamental. Por lo mismo, hemos dedicado muchos recursos del Banco Mundial a estudiar el tema de la educación", reflexionó.

Informó que el organismo internacional elaboró varios trabajos referidos a la educación, por ejemplo cuentan con un reporte de maestros, de cómo aportan a la calidad educativa; también sobre los ninis (ni estudian ni trabajan), trabajaron tratando de entender el fenómeno y dando recomendación al respecto.

“Ahora toca el turno a la educación superior, que es un elemento fundamental para complementar el círculo de crecimiento y desarrollo de nuestro capital humano”, dijo Familiar en la presentación del informe.

INFORME

Parte del informe señala que el acceso a la educación básica y secundaría ha mejorado. También el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que están estudiando, quienes están en la educación superior ha pasado del 17% en 1991 al 21% en 2000 y al 40% en 2010. "Este último brinco en particular es impresionante", destacó.

También reflejo cómo la región utilizó los buenos años para invertir en su capital humano y cómo avanzó el proceso de acceso más equitativo. "Del 50% más pobre de la población Latinoamericana, en estudios superiores su participación, porcentaje dentro de la matrícula, paso del 16% en 2000 a 25% en 2013", informó.

Reconoce que los datos muestran noticias alentadoras sobre la educación en la región, ya que los sistemas generan diversidad y más opciones de aprendizaje.

"Del año 2000 a la fecha hay 2.300 instituciones más en la región y hay 30.000 programas más y esto es bueno porque al haber más opciones hay más competencia, lo que beneficia a los estudiantes. También hay una mayor participación del sector privado, que en este período pasó del 43% al 50%", apuntó.

TRABAJAR EN OTROS FRENTES

Si bien, el Vicepresidente del Banco Mundial destaca los avances positivos que se dieron en esos aspectos, ahora señala que se debe trabajar en otros frentes, como el desempeño de los estudiantes. "Sólo 50% de los estudiantes de 25 a 29 años se han graduado; muchos desertaron y muchos otros continúan estudiando", afirma.

Informó, en base al informe, que la mayoría de los que dejan estudiar lo hacen en el primer año, pero también hay otros que lo dejan en el cuarto año o después, y esto tal vez tenga que ver con el tema de la calidad educativa.

Sin embargo, también hay datos que señalan que muchas veces los primeros en desertar eran estudiantes de menores recursos, que no tienen preparación necesaria para enfrentar los retos de la educación superior.

POLÍTICAS

Ante ese escenario adverso, Familiar recomendó algunas políticas públicas que deberían implementar los gobiernos, aunque algunos ya empezaron con reformas para elevar el nivel educativo en sus respectivos países.

La primera recomendación es que se debe seguir trabajando en la calidad de los niveles básicos de educación para que los estudiantes lleguen bien preparados a la educación superior; también se necesita de planes de estudio eficientes, que sean cortos, que reflejen mejor la flexibilidad del mercado laboral actual; los programas de estudios que se adecuen a las demandas del sector privado, el cual será el principal motor de crecimiento de la región; además, que tomen en cuenta las habilidades que demandará el mercado laboral, dentro de 10 años.